La 14a edición contó con la presencia del obispo Héctor L. Zordán.
Desde Concepción del Uruguay partió ayer una nueva edición, la 14ª de la historia, de la tradicional procesión hasta Pronunciamiento.
Bajo el lema: ‘Con la Mater, santos en el mundo’, los fieles se congregaron minutos antes de las 6:30 en la plaza Urquiza, más precisamente en la intersección de 9 de Julio y Juan José Rizzo, para iniciar desde allí un extenso trayecto de a pie, conocido como ConcePro, con tres altos –el primero en el camino viejo a San Justo; el segundo, en la parroquia de San Justo; y el tercero, a 5 kilómetros antes de llegar al destino- no sin antes orar ante la ermita la ermita de Nuestra Señora del Schöenstatt, en honor a quien se efectuó el tradicional acto litúrgico.
Dos motocicletas de la División Tránsito abrieron el camino para el paso del móvil que llevó la imagen de la Virgen, cuyo manto protegió a los peregrinos, que desafiaron al frío reinante, acompañados de los guías, identificados por sus chalecos fluorescentes. Le siguió la unidad que trasladó a los locutores y los parlantes para concluir con la caravana de vehículos particulares, del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pronunciamiento y de la Policía de Entre Ríos como parte de un impecable operativo de asistencia y seguridad.
Con rezos y cánticos, los manifestantes emprendieron el camino religioso hasta Pronunciamiento. Lo propio hicieron los peregrinos de otras localidades de éste y departamentos vecinos. Tal fue el caso de la gente de Villa Elisa, que salió dese la emita de avenida Urquiza y Churruarín; de Caseros, desde la ermita de calle 25 entre 0 y 2; de San Cipriano, desde la capilla; y de Primero de Mayo, desde la parroquia. Todos confluyeron por la tarde en la capilla de Pronunciamiento, donde, a las 16:00, se ofició la santa misa, en honor a Nuestra Señora de Schöenstatt, presidida por el obispo, monseñor Héctor Luis Zordán.
En la oportunidad, se coronó a una de las imágenes de la Virgen como Reina y Custodia de la Vida.
María y José fueron elegidos por Dios para ser custodios de su hijo, Jesús. Por eso, la comunidad la ungió con ese título, a los fines de que “defienda a los niños por nacer y la vida en todos los sentidos”.
En este marco, durante la Eucaristía, celebrada en el interior del templo, el titular de la Diócesis de Gualeguaychú bendijo a las embarazadas. En tanto que en la ermita se entregó el capital de gracia. (La calle)
