Femicidio en Gualeguaychú: Cada vez más indicios complican al exmarido de la mujer asesinada, madre de cuatro hijos

Aunque recién pasaron pocas horas del hallazgo del cadáver de Susana Villarruel, la mujer de 38 años asesinada en Gualeguaychú, hay indicios que complican la situación de su ex marido, Ramón Ortiz, de 39 años. Dos testigos informaron a la Policía que el lunes a las 7.30, día de la desaparición de la víctima, escucharon en la zona donde se encontró el cuerpo gritos desesperados de una mujer pidiendo clemencia. A la vez, el hombre se había presentado en una radio local quejándose porque ella lo había “echado a la calle con los chicos” a lo cual Villarruel respondió a través de las redes sociales. Ella era ama de casa, vendía tortas a pedido y era querida en el barrio de viviendas sociales al que había llegado luego de residir en un asentamiento. Dejó una hija adolescente, dos varones y una nena chiquita. La pareja se había casado en diciembre de 2015 y estaban iniciando los trámites de divorcio, luego de separarse el mes pasado, según pudo reconstruir ANÁLISIS DIGITAL.

Ramón De la Cruz Ortiz, de 39 años, changarín y obrero de la construcción, fue detenido este martes en Gualeguaychú luego de que la Policía advirtiera algunas inconsistencias en el relato que realizó al hacer la denuncia por la desaparición de su ex mujer, Susana Villarruel, de 38, con quien se había casado en diciembre de 2015. La pareja se había separado en junio y estaban iniciando los trámites de divorcio.

Fue Cristian Hormaechea, subjefe de la Departamental Gualeguaychú de la Policía de Entre Ríos, quien confirmó a la prensa el testimonio de dos vecinos que escucharon a una mujer en la zona del hallazgo del cuerpo gritando “desnudame, haceme lo que quieras, pero no toqués los chicos”.

La referencia supuestamente es a los cuatro hijos de Villarruel: tres mayores –una adolescente y dos varones- de un primer matrimonio y una nena chiquita de su relación con Ortiz. El padre de los chicos más grandes viajó a Gualeguaychú desde Buenos Aires, donde reside, para hacerse cargo del cuidado de los menores junto a su esposa, ante la situación que atraviesa la familia. En un primer momento, los chicos quedaron a cargo de un cuidador del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf).

Villarruel y Ortiz habían vivido juntos hasta el mes pasado con los chicos en una casa del barrio Totó Irigoyen, en Gualeguaychú. Provenían de un asentamiento de la localidad que fue traslado a ese barrio de viviendas sociales otorgadas por el gobierno. La mujer se dedicaba al cuidado de los chicos y a la casa. También vendía productos de belleza por catálogo y hacía tortas a pedido. Para su cumpleaños se había comprado ella misma una batidora, según publicó en su cuenta de Facebook. La fecha del natalicio estremece: el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

En el barrio, Villarruel era querida. Hubo manifestaciones de solidaridad y dolor por su trágica muerte y aparecieron carteles con la leyenda “Ni una menos” levantados por mujeres de Totó Irigoyen. El suyo sería el primer femicidio del año en Gualeguaychú donde, según una estadística elaborada por el periodista Nahuel Maciel para el diario local El Argentino, hubo desde el 1 de enero 72 condenas por distintos delitos, de las cuales 27 fueron por violencia de género. La última sentencia se dictó el viernes 7 de julio contra Luis María Zapata, de 35 años, por lesiones graves y violación de domicilio.

Otro dato que complica la situación de Ortiz es que hace 10 días se presentó en Radio Máxima, emisora de FM de la ciudad del sur entrerriano, y allí contó que estaba “desbordado”, que quería trabajar y que su mujer lo había dejado en la calle con sus hijos. Según se publica en el sitio web de la radio, Villarruel le contestó con un mensaje en su muro de la red social Facebook: “Siempre digo, Dios ve y sabe cada cosa que tuve que pasar con este loco, después de criar los hijos ya casi 9 años, se le da por ensuciarme en una radio diciendo que lo eché con sus hijos a la calle, y en realidad a los chicos se los llevó a la fuerza, y si lo eché fue por vago, porque quería que lo mantenga”.

«Señor…dame fuerzas», publicó luego Ortiz en su Facebook, cuando presuntamente el crimen ya había sido cometido. Más allá de los indicios, la Policía investiga también a otro hombre que trabajaría en Gendarmería Nacional en la provincia de Misiones, con quien la mujer había intercambiado mensajes en los últimos tiempos.

Ortiz declaró ante la Policía que el lunes por la mañana fue a la casa de Villarruel a entregarle la cuota alimentaria y que se llevó la libreta matrimonial que necesitaba para iniciar los trámites de divorcio. La hija mayor de la mujer, de 16 años, dijo que los escuchó conversar con normalidad y que nada le llamó la atención. De hecho, no había antecedentes de violencia ni denuncias previas en la pareja.

El hombre dijo luego que la acompañó a tomar el colectivo, ya que ambos tenían que hacer trámites en el centro, pero no esperó que ella abordara el autobús, sino que se tomó un remís. La empresa que señaló, denominada Oeste, indicó que no tiene registro de la toma de una pasajero en esa zona de la ciudad en ese momento. Los colectiveros de la línea que mencionó tampoco tienen recuerdo de haber visto a una mujer con las características de Villarruel.

El cadáver de la mujer fue trasladado desde la zona del hallazgo al Hospital Centenario de Gualeguaychú, donde se le practicará la autopsia correspondiente. Fue reconocido por su madre y una hermana que llegaron a la zona de pastizales en las que fue encontrado. Tiene lesiones de arma blanca en el pecho y en el cuello y también, a simple vista, se detectaron señales de un posible estrangulamiento y otros cortes y golpes. El cadáver estaba con ropa, torpemente oculto con unas bolsas y unas ramas.

Ortiz, en tanto, tiene una lesión en una muñeca. Permanece detenido desde este martes en la Jefatura Departamental de Policía de Gualeguaychú. Aún no está imputado por el hecho y están corriendo las 48 horas con las que cuenta el fiscal para tomarle declaración y, eventualmente, acusarlo por lo que presuntamente se presenta como un homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género. “Todo indica que el autor sería una sola persona, que es la que tenemos detenida, pero no descartamos nada”, indicó a la prensa el fiscal Martín Gil. (Análisis)

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