En verano, si bien las enfermedades respiratorias infecciosas son menos frecuentes, existe la posibilidad de contraer alguna de ellas por el mal uso de los acondicionadores de aire. Un profesional brindó consejos, en diálogo con Elonce
El aire que respiramos es acondicionado por nuestro organismo. La nariz actúa calentando, humidificando y filtrando el mismo, luego el aire se conduce por las vías respiratorias llegando lo más puro y limpio posible a nuestros alveolos. Las temperaturas extremas (sobre todo el frío) tienden a modificar no solo las condiciones de la inmunidad de las personas, sino también las del medioambiente y de los gérmenes.
En invierno, la actividad cíclica de los virus es mayor. Éstos tienden a sobrevivir más en el ambiente y se dan las condiciones para que la transmisión sea mayor: ambientes cerrados, mayor hacinamiento, menos ventilación, entre otros.
En verano, si bien las enfermedades respiratorias infecciosas son menos frecuentes, cuando las temperaturas son muy elevadas, los cuadros o síntomas respiratorios son ocasionados muchas veces por el mal uso de los acondicionadores de aire.
El médico neumonólogo, Doctor Luis Larrateguy, contesta en diálogo con Elonce TV a nuestra consulta: ¿El acondicionador de aire puede enfermarnos?
«Lo que puede enfermarnos es tener una diferencia de temperatura grande, cuando afuera hace tanto calor como en estos días», comenzó afirmando el profesional.
En este sentido aseveró: «Si la temperatura está en los 37º, afuera; y adentro de nuestra habitación acondicionamos a 19º, esta temperatura nos va a obligar a ponernos un abrigo. Al salir al exterior, puede hacernos muy mal».
Al mismo tiempo indicó que «no hay que confundir la temperatura que uno pone en el termostato del aparato, que `tira` siempre el mismo frío. Lo que hay que evitar es que el chorro de frío venga directo hacia la persona». Aconsejó que «hay que poner las aletas del acondicionador de aire hacia arriba, para acondicionar la habitación».
«El frío provoca disminución de las defensas y eso puede favorecer que algún virus respiratorio se disemine y provoque la enfermedad», dijo. Por ello, insistió, lo aconsejable es «acondicionar los ambientes pero no enfriarlos a temperaturas invernales».
El profesional sugirió tener en la habitación «un termómetro ambiental en la habitación para saber qué temperatura logramos y de acuerdo a eso, acondicionar el ambiente».
Mencionó que con este calor intenso, en su labor profesional diaria, «no ha visto cuadros de virosis respiratoria».
Aclaró que «los dolores de garganta no siempre tienen que ver con cuadros respiratorios» y ejemplificó: «cuando una persona ronca, cuando se despierta al día siguiente, lo más probables es que tenga la garganta seca, dolor de garganta, lo que se irá yendo durante el día. A la jornada siguiente, sucede lo mismo, y esta persona piensa que puede ser el acondicionador de aire o el ventilador, aunque en realidad es que estuvo roncando `como un león`».
«Hay que evaluar a la persona, revisar la garganta, y ver si tiene algún otro factor para pensar en una enfermedad infecciosa como causa», detalló el médico.
Larrateguy informó que «generalmente las infecciones respiratorias de garganta llegan en otoño e invierno. En verano es más difícil que veamos estos cuadros». (El Once)