Una cajera de la sala de juegos de la empresa Newtronic denunció a un compañero y la Justicia le impuso restricciones de acercamiento y contacto. La historia.
En la semana mundial de la lucha contra la violencia hacia la mujer, una víctima de esa situación expuso en una red social su problemática luego de obtener un fallo favorable en la Justicia de Gualeguaychú.
La víctima es empleada del anexo del Casino Gualeguaychú que funciona como sala de juegos en Gualeguay y avenida Sarmiento y donde se produjeron a lo largo de tres años las situaciones de abuso y hostigamiento.
Actualmente, la mujer se encuentra con un certificado médico por los trastornos sobre su salud mental y física que la situación traumática le provocó que la llevó a informar a sus superiores como el Jefe de Sala y al coordinador de Recursos Humanos de Newtronic primero, luego a realizar la denuncia penal en la Comisaría de la Mujer y a una audiencia ante el Juzgado de Primera Instancia del Trabajo a cargo del juez Luis Frosch.
Justamente, el magistrado impuso el 20 de noviembre pasado al acusado «el cese inmediato de cualquier perturbación o intimidación, directa o indirectamente, a la víctima por el término de 60 días» y le «prohíbe el acercamiento» a los sitios de concurrencia de la denunciante y el «comunicarse» por con la víctima.
EN PRIMERA PERSONA
Así decidió narrar su historia: «Hoy personalmente me toca vivir una situación en mi lugar de trabajo que lleva más de 3 años de violencia. Dónde tuve que aguantar muchas cosas, acosos de todo tipo. Lamentablemente, aún no hay una solución para mí caso en mi lugar de trabajo: hay una restricción por 60 días donde él no puede acercarse, ni emitir comentarios y demás acosos de ningún tipo».
Sin embargo cuestionó esa resolución por ser «ilógica» «porque me encuentro con certificado médico por ataques de pánico debido a la situación que viví el viernes 15/11 producto de aguantar tantos años y que afectó mi salud. Hice la denuncia correspondiente ese día en la Comisaría de la Mujer».
«A este tipo «R.C» se lo perdonó muchas veces sabiendo que ya venía de tratar mal a la gente y abusando de su «poder» que, quizás, fuimos alimentando los débiles -me incluyo por callar tanto tiempo-«. Fue «generando miedo y presión constante, abusando de mi necesidad. Su acoso fue creciendo, fui recibiendo amenazas» incluso «estando embarazada y después de mi embarazo», contó.
Según la víctima, el acusado «hablaba de mi cuerpo y hacía comentarios obscenos. Si le decía algo o contestaba, te amenazaba en mandarte a otro turno sabiendo que tengo una bebé de 1 año y 4 meses. Me cansé de que se lo tape por años y abuse de su poder a tal punto que recibía maltrato delante de la gente en mi área de trabajo, imposibilitándome de mis herramientas de trabajo, gritándome y ejerciendo abuso de poder».
«Estuve un mes y medio sin poder ejercer mi tareas con ataques de llanto y frustración porque no entendía por qué pasaba eso. Un día, con culpa y con miedo, junté valor y pude hablarlo con mis superiores. Después, de forma burlona, me observaba de forma altanera», expuso y detalló situaciones de vulnerabilidad y «falta de compañerismo» y actitudes agresivas o «enojo y azotar las cosas o comentar su disconformidad conmigo por el simple hecho de no gustarle atender gente».
«Aguante tener que soportar sus comentarios obscenos cuando tenía que extraer leche para mi bebé, pasar por detrás y que me toque», detalló entre otros hechos.
Enseguida reflexionó que «como siempre, la mujer que reclama sus derechos se la sigue bastardeando, porque reclamamos hoy nuestros derechos y no callamos más. Y somos las más perjudicadas porque mientras ellos siguen en su área de trabajo nosotras estamos sin poder laburar por la angustia, los ataques de pánico que se viven al estar cerca de estas personas narcisistas, violentas y que abusan de su poder al perseguir y maltratar a las mujeres».
Tras su denuncia y el fallo judicial en su favor, la víctima resaltó que «me tocó a mi ponerle un freno a «R.C». Pero cuántas mujeres u hombre más no pudieron o la pasaron mal por este tipo, por su abuso. No normalicemos la violencia o el acoso de ningún tipo, ni por miedo, ni por nada.!!! Si queremos que se termine se debe dar el paso. Seguro te asusta, te angustia y da miedo perder el laburo y por eso una calla tanto tiempo. Pero es un paso importante porque no podemos permitir que nos hagan pasarla mal hasta repercutir en tu salud».
La víctima sostuvo que es necesario poner «un freno definitivo para que se termine, no tenemos que aguantar la falta de respeto, el acoso, maltrato, la violencia ni sentir miedo» y cerró opinando que «aún no están todos educados sobre el trato hacia la mujer, parece que en el área laboral -como en la vida- se sigue en las cavernas no cumpliendo con esta resolución». (R2820)
