“Se me murió, no respira”, gritaba una mujer con un niño en brazos. Fue auxiliada por un patrullero. Camino al hospital, uno de los policías brindó los primeros auxilios al bebé y lograron salvarle la vida.
Tres policías de la División GIA regresaban el lunes de un operativo en un barrio de Paraná cuando los gritos desesperados de una mujer con un niño en brazos los alertaron a acudir en su auxilio: era un bebito de apenas 11 meses que había dejado de respirar.
“Se me murió, no respira”, gritaba la mujer en la esquina de calles Crespo y Soler. Sus pedidos de auxilio alcanzaron a ser escuchados por la sargento Guadalupe Díaz, quien le ordenó al conductor del móvil, Juan Regales, que detuviera la macha.
Rápidamente, la sargento y el cabo primero Walter Chaparro descendieron del patrullero para socorrerlos y sin dudarlo un momento, iniciaron el traslado hacia el hospital materno-infantil San Roque. De camino, sirena y bocinazos de por medio, modularon al 911 para que, al llegar al nosocomio, todo estuviese listo para atender al pequeñito.
“Estaba como muerto». Y de camino, uno de los oficiales le pide a la mujer que se lo pase; él toma al bebé con una mano y lo pone boca abajo, mientras con la otra comienza a hacerle masajes en la espalda, se pudo saber. Es que el cabo Chaparro tenía conocimientos de primeros auxilios.
Cuando iban pasando por avenida Ramírez y calle Nogoyá, el pequeño vomitó y comenzó a moverse. Los primeros auxilios habían resultado. Era una buena señal. Pero después comenzó a convulsionar.
Al llegar al hospital de niños, lo ingresaron rápidamente y lo intubaron. “Estaba con vida”.
“Uno como policía está preparado para cualquier cosa, pero con los chicos es otra cosa”, confesó el policía. El chiquito no tenía signos vitales, no respondía a nada, y cuando abrió los ojos fue un alivio para su abuela y los héroes que habían acudido a la ayuda de ambos.
La abuela del bebito, de apellido Miño, les comentó a los uniformados que cuando ella entró a la habitación, notó que no respiraba. Y en la desesperación, salió a la calle a pedir auxilio. “Son las cosas de Dios, porque fue cuando justo pasábamos en el patrullero”, aseguró el policía.
“Hicimos lo que cualquier persona hubiera hecho”, recalcó. (Elonce)