Ayer se supo que este año las emisiones de dióxido de carbono habrán aumentado un 2,7% para alcanzar las 37,1 giga toneladas. Para los investigadores del Global Carbón Project -quienes siguen muy de cerca este tema- eso significa que el efecto invernadero que sufre hoy la humanidad ha llegado a un punto nunca antes visto, todo producto de la emisión global indiscriminada de combustibles fósiles y de la industria. Lamentablemente, cualquier solución a este gran problema ambiental, tal vez el más importante de todos,? no está emparentada con nosotros sino con las grandes potencias como Estados Unidos, Europa, China y Japón, quienes siguen siendo los grandes consumidores de carbón a escala global.
Por esta parte del mundo, y en nuestro pequeño universo, si hay otras cuestiones que nos pegan más de cerca y donde la responsabilidad primaria no es de los gobierno centrales sino de las administraciones locales, y muy posiblemente de la provincia también. Y es a partir de ahí donde una contribución nuestra -como vecinos-? es posible y bien puede ayudar a hacer una diferencia. Puntualmente me refiero a los cursos de agua, y al rol que tienen los municipios de nuestra provincia sobre la costa del Uruguay, en la contaminación del rio y de sus afluentes. Aunque se hable poco y se sepa menos aún, las municipalidades son quienes más contaminan al Uruguay -en esta parte de su curso- y sus tributarios, incluidos arroyos varios y también al rio Gualeguaychú.
«Aguas abajo de Salto Grande, Concordia, Colón, San José, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, todos ellos sin excepción contaminan el río Uruguay»
Todos los municipios sin excepción tiene una enorme deuda ambiental pendiente con todos quienes comparten con ellos este ámbito natural, en particular aguas abajo de la represa de Salto Grande e incluyendo a Concordia, San José, Colón, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú. Aunque más matizado, nada mucho mejor baja desde el las ciudades del lado uruguayo.
Las deficiencias son varias. Van desde piletas de tratamiento de aguas desbordadas, fracturadas? o con fallas, como son los casos de Colon, vía el arroyo de la leche, y de San José, vía los arroyos Perucho Verna y Artalaz, hasta directamente su ausencia, lo que hace que por ejemplo en ciudades como Concordia la materia fecal vaya derecho al rio desde un gran caño cloacal. Claro que siempre hay una regla de oro que se respeta, y si no siempre, casi.? Las pérdidas se registran siempre rio abajo, con la idea de que el perjudicado sea no el emisor sino todo aquel que reside más al sur. Tal vez una excepción sea la de Gualeguaychú, donde a este tipo de contaminación que llega a la orilla del rio homónimo se le agrega otra, la que viene desde el Parque Industrial de esa ciudad.
«Hasta ahora, además de hacer casi nada por remediarlo, los municipios se han encargado de que el gran público sepa poco o nada de la responsabilidad que les cabe»
Se conoce, se quiere creer, que las municipalidades están al tanto del problema e intentarían arreglarlo. Para poder hacerlo, se necesitan en la mayoría de los casos de grandes obras y de un dinero del que no se dispone. Se sabe que las municipalidades casi no tienen dinero para obras y que en promedio entre 80 y 90% de sus recursos se destinan al pago de sueldos. Mientras tanto – es importante que esta verdad se sepa-, los municipios se ocupan de que el vecino nunca conozca esta problemática en toda su dimensión,? desplegando todos ellos una gran dosis de hipocresía que logra pasar inadvertida para la gran mayoría de nosotros.
Las principales autoridades de nuestros municipios no solo falsean intencionalmente la realidad sino que luego aspiran además a ejercer de autoridad moral frente a todos nosotros, una autoridad moral que no tienen, que no han tenido, y que solo podrán exhibir como propia el día que reconozcan y comiencen también a solucionar el desaguisado ambiental que han creado. Todo con un tremendo y negativo impacto sobre? los cursos de agua de la región y con las graves consecuencias que eso conlleva. Es tiempo de que todos ellos en la figura de sus intendentes? levanten la mano y digan ¨yo señor, sí señor¨. Y si ese diga llega, tal vez ese día sea el comienzo de algo.
El Entre Ríos