Un trabajador municipal y otro vecino que se hallaban en la costa de Santa Elena se arrojaron al agua ante la demora de Prefectura. Una estudiante de enfermería que estaba circunstancialmente en el lugar le brindó los primeros auxilios.
Un tenso momento se vivió en horas del anochecer del jueves en Santa Elena, cuando una mujer 54 años quiso quitarse la vida arrojándose al río en momentos en que iba caminando con su marido por la orilla del cauce de agua.
Empleados municipales de esa ciudad, que estaban por colocar nueva luminaria LED en el monumento histórico «El Guinche», escucharon los gritos desesperados desde el mirador del Balneario Municipal: «Ayuda por favor, ayuda una mujer se tiró al agua».
En medio de la confusión reinante y de los gritos desesperados de la gente que empezaba a agolparse en la zona, llegó una embarcación de la Prefectura Naval Argentina. Sin embargo, el personal de la fuerza no se decidía a arrojarse al agua. Fue así que la mujer desapareció por unos instantes de la superficie.
«Manoteala que se te va. Tirate», reclamaba insistentemente a los prefectos la gente que se hallaba en la costa.
Fue entonces, ante la demora, que Claudio «Cope» Fernández, jefe del taller eléctrico municipal no dudó en arrojarse para ir a socorrerla. Lo siguió Cristian García, un vecino que estaba con su familia disfrutando de la Costanera.
Ante lo que parecía una situación irreversible, la señora alcanzó a sacar el brazo y se ejecutó el rescate.
Para todo esto, en la costa aguardaba una estudiante de enfermería, Gisela Ifran, de María Grande que se ofreció a brindarle los primeros auxilios mientras se esperaba el arribo de la ambulancia. La mujer estaba de visita en Santa Elena, tras un reposo a raíz de un problema de salud. Su pareja e hijos insistieron en aprovechar el viaje comercial del marido para despejarse, y resultó siendo participe salvando una vida, según la crónica publicada por Nicolás Omar Rios.
El Once