La recesión económica se siente en las calles y así lo advierten desde el Centro Comercial. El consumo no es el esperado.
El ámbito comercial uruguayense se mostró preocupado por cómo repercute la suba de las tarifas en el bolsillo de la gente y posteriormente en el sector, que padece un doble castigo: los impuestos y la caída de las compras.
Negocios de indumentaria, almacenes, zapaterías, jugueterías, panaderías, locales de electrodomésticos, pinturerías, carnicerías, casas de repuestos de auto, mueblerías y un largo etcétera vienen siguiendo de cerca, y con preocupación, la actual polémica por el aumento en las tarifas de los servicios públicos. El hecho se radica principalmente en el impacto que esos incrementos tendrán sobre las economías de los propios clientes del comercio minorista local. Los comerciantes saben que todo peso extra que un consumidor debe destinar al pago de las facturas de electricidad, de gas natural o servicios públicos será un peso menos que esa persona podrá disponer para realizar compras en sus locales. Y no estamos hablando de unos pocos pesos más, sino de boletas que llegarán en los próximos meses con montos significativos.
En este marco, el vicepresidente del Centro Comercial Industrial y de la Producción de Concepción del Uruguay (CeCom), Román Tófalo habló con LA CALLE al respecto y declaró: “todo el comercio en general, por los consumos del propio comercio, está afectado por esta situación que vivimos. Además esta crisis impacta en todos los vecinos y le resta capacidad de compra de otros productos y esto vuelve a impactar al comercio que tiene mayores costos y tiene mayores ventas.
Porque a nadie escapa que hoy con los costos de las tarifas, la alimentación y otros impuestos y servicios, poco le queda al salario de los vecinos para consumir algo en nuestros negocios, por ende, esto se vuelve un círculo vicioso que impacta gravemente en los comercios”, explicó.
Un golpe al comercio local
“Desde el Centro Comercial estamos pidiendo, sobre todo a quienes tengan tarifas comerciales, que nos acerquen las boletas de los últimos tres meses para poder hacer un análisis y presentar en la Secretaría de Energía un análisis al respecto. Es muy complejo el análisis de la boleta y es otra de las problemáticas que nos trasladan nuestros socios”, remarcó Tófalo en cuando a las tarifas eléctricas. La realidad es que ahora, con las boletas de los servicios recargadas, la disponibilidad de dinero que las familias tendrán para otros consumos será probablemente menor, y eso amenaza con neutralizar un eventual cambio de tendencia en los mostradores.
A todo esto, los comerciantes aseguran que muchos clientes tienen sus tarjetas de crédito sobrecargadas, lo que reduce la posibilidad de que compren ahora y paguen después, y en cuotas. Ayer anunciaron nuevos aumentos en los combustibles y con este escenario, todo parece indicar que los próximos meses volverán a estar dominados por un ajuste obligado –mayor o menor– en los presupuestos de los hogares, que repercutirá directamente sobre los niveles de consumo interno. Los comerciantes lo saben. Y tratan de prepararse para aguantar el momento, a la espera de que los salarios recuperen fuerza y no queden tan a merced del ajuste tarifario que no deja de llegar.
Cabe destacar que Argentina se convirtió en el último año en el tercer país de América del Sur en el que mayor porcentaje del salario se destina al pago de las tarifas de los servicios públicos. Con semejante ajuste el impacto en los bolsillos de la gente será ineludible. Más aún cuando la mayoría de los gremios no ha cerrado sus acuerdos paritarios, o bien existen aumentos salariales que llegan atados –al menos inicialmente– a la pauta del 15 por ciento anual sugerida por la Nación. En este marco, muchas familias solo atinan a subsistir. (La calle)