Para alivio del campo, la sequía que venía afectándolo en los últimos cinco meses comenzó a cortarse con las lluvias de las últimas horas que, además, según los especialistas continuarán en los próximos días.
Con registros desde la noche de este viernes que se ubicaron entre 20 y 50 mm, casi el 50% de la zona agrícola recibió una cobertura de precipitaciones. Se trata de un proceso de mejora que, en realidad, empezó el fin de semana pasado cuando también hubo lluvias de ese nivel -con casos todavía superiores-, básicamente en el centro norte bonaerense, La Pampa, Córdoba y Santa Fe.
Si bien estas lluvias no revierten las pérdidas para la producción, porque los cultivos de soja y maíz ya pasaron la etapa donde necesitaban las precipitaciones para generar rinde, al menos sirven para que el suelo pueda recuperar humedad de cara a la siembra de trigo que empezará el próximo mes. Vale recordar que ayer, por el impacto de la sequía, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires volvió a recortar su previsión de cosecha de soja para dejarla en 38 millones de toneladas, un 34% menos respecto de la campaña agrícola pasada.
«Salir de la sequía es un proceso gradual, pero esto marca la finalización del período seco», dijo a La Nación, Pablo Mercuri, director del Centro de Recursos Naturales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). «Estamos saliendo del período de sequía», insistió el experto del organismo.
Según el especialista, estas precipitaciones, sumadas a las que se registraron la semana pasada, muestran también un cambio en el patrón climático. «Es un cambio de un patrón de lluvias débiles y dispersas -como las que se venían registrando- a otras más regionales», afirmó. Precisó que entre el 40 y el 50% de la región pampeana fue alcanzada por las precipitaciones de las últimas horas.
La buena noticia es que estas lluvias no se cortarán acá. De hecho, según explicó Mercuri, para los próximos días, desde el lunes al miércoles próximo, se vienen más precipitaciones. Señaló que volverán a tener un carácter de «intensas».
En el primer trimestre de 2018 las lluvias estuvieron, en general, unos 150 mm por debajo de lo normal para ese período del año. Marzo pasado fue particularmente duro. La Bolsa de Comercio de Rosario lo calificó como el más seco en 50 años.
Esta última entidad también dio cuenta del cambio de escenario con las precipitaciones. «Hay excelentes pronósticos de lluvias para la región en los próximos días», señaló la Bolsa Rosarina. «Entre el domingo y el martes las tormentas se generalizarán en toda la región núcleo (comprende el sudeste de córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires)», agregó en un reporte.
Según el doctor en ciencias atmosféricas José Luis Aiello, citado en el mismo informe de la Bolsa Rosarina, «se producirá una interesante oferta de agua».
De cara a la siembra de trigo se necesitan en la zona agrícola núcleo entre 150 y 200 milímetros para que se pueda encarar con comodidad la campaña. «Si eso pasa, la superficie triguera puede subir en la región un 10 a 15% respecto del año pasado», indicó la entidad. El año pasado la siembra a nivel nacional cubrió 5,45 millones de hectáreas, 200 mil hectáreas más que el ciclo anterior.
Para muchos productores que sufrieron pérdidas por la sequía sembrar trigo puede ser una ayuda para mejorar el resultado económico de su empresa.
«Con estas últimas lluvias, muchos productores que estaban desalentados frente a la intención de siembra de trigo empezaron a cambiar de opinión y hoy están pensando en la estrategia a implementar», subrayó Juan Pablo Ioele, jefe de la agencia INTA de Corral de Bustos, en el sur de la provincia de Córdoba.
«Al sur del departamento Marcos Juárez llovió más de 100 mm acumulados en una semana. Al norte del departamento las lluvias son menores, pero seguirá lloviendo todo el fin de semana», agregó el técnico.
Una reciente encuesta entre productores y asesores de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) reveló que el 87% de las empresas agrícolas tuvieron esta campaña un impacto negativo por la sequía. (El Once)