Lo anunció este miércoles santo el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, ante el clero arquidiocesano. Se trata de la aprobación de dos documentos importantes para la Iglesia local.
El Protocolo Arquidiocesano de Actuación prevé los pasos que deben darse dentro de la Iglesia arquidiocesana cuando un adulto toma conocimiento de la posibilidad de que se esté cometiendo un abuso contra un menor.
El Protocolo Arquidiocesano de Actuación prevé los pasos que deben darse dentro de la Iglesia arquidiocesana cuando un adulto toma conocimiento de la posibilidad de que se esté cometiendo un abuso contra un menor.
En el marco de las medidas tomadas por la arquidiócesis de Paraná para prevenir y concientizar a sus miembros sobre la gravedad que revisten los abusos a menores de edad, se aprobaron dos documentos importantes: las «Normas arquidiocesanas de comportamiento en el trato con menores de edad y adultos vulnerables» y el «Protocolo arquidiocesano de actuación ante la sospecha o descubrimiento de abusos sexuales en los que sean víctimas menores o adultos vulnerables».
Así lo anunció al clero arquidiocesano el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, este Miércoles Santo. Ambos documentos serán de cumplimiento obligatorio para todos los adultos que se desempeñen con menores en los espacios arquidiocesanos. Su obligatoriedad incluye tanto a clérigos como a religiosos y laicos.
La arquidiócesis de Paraná es así una de las primeras del país en contar con este tipo de legislación particular para abordar una cuestión especialmente dolorosa para la sociedad en general y la Iglesia en particular. Además, en la arquidiócesis está funcionando desde el año pasado una Comisión para la Protección de los Menores (www.comisiondeprevencion.com.ar), la primera de su tipo en la Iglesia en Argentina.
El Protocolo Arquidiocesano de Actuación prevé los pasos que deben darse dentro de la Iglesia arquidiocesana cuando un adulto toma conocimiento de la posibilidad de que se esté cometiendo un abuso contra un menor. Esos pasos incluyen la comunicación inmediata a los padres o tutores del menor o adulto vulnerable y a la autoridad eclesiástica, las primeras medidas de protección y acompañamiento de los menores afectados y su grupo más cercano, el inicio de los pasos canónicos prescriptos para estos casos y la exhortación al cumplimiento oportuno de los protocolos y normativas provinciales.
En cuanto a las Normas Arquidiocesanas de Comportamiento, en ellas se desarrollan algunas pautas que deberán cumplir cotidianamente quienes estén en contacto con menores de edad y adultos vulnerables. Las Normas incluyen la obligación para estas personas de capacitarse periódicamente sobre las condiciones que deben tener los ambientes eclesiales para ser considerados seguros, y sobre las maneras de detectar situaciones de riesgo y responder adecuadamente a ellas. (UNO)