Fue realizada este martes, la segunda jornada del juicio oral y público contra 10 efectivos de la Policía de Entre Ríos, dependientes de la Departamental Uruguay acusados de vejámenes, falsedad ideológica e incumplimientos de los deberes de funcionario público, que tiene a Jorge López como víctima y denunciante.
Tal como se esperaba, luego de la declaración de dos efectivos policiales que ese día habían llegado al lugar donde se desarrollaron los incidentes, alertados por un desorden, siguió la declaración testimonial de López, sin la presencia en sala de los acusados a solicitud de la Querella, por lo que fueron retirados del lugar.
El testigo y víctima de los incidentes ocurridos el 25 de mayo de 2015, comenzó a contar lo que vivió esa jornada, cuando se encontraba en la casa de su hermano ayudándolo a construir una reja y escuchó incidentes en la calle.
López contó cómo comenzó a filmar con su celular a pedido de uno de los uniformados, pero pasado unos minutos reingresó al domicilio.
Momentos más tarde, ante la llegada de más móviles policiales, volvió a salir y retomó la filmación, lo que habría desatado el enojo de uno de los funcionarios que le arrojó gas pimienta.
De ahí en más, su relato fue estremecedor, ya que contó que fue agredido con disparos de escopeta y golpeado en el domicilio, de manera insistente y ante la mirada de sus familiares.
Relató cómo fue llevado a la Jefatura en la caja de una camioneta, trayecto en el cual continuó recibiendo golpes, pisotones en el cuello e insultos, mientras le reclamaban el celular con el video.
“Tenía mucho miedo. Pensé que iba a morir porque no podía respirar y cuando me llevaban hasta me defequé”, dijo López en un dialogo entrecortado por los nervios y su angustia, lo que llevó al Tribunal a pedirle que se tranquilizara y luego continuara su relato.
Continuando su testimonio, contó que tras llegar a la Jefatura, hubo alguien que alertó sobre las cámaras de seguridad, para luego bajarlo y llevarlo prácticamente a la rastra, ya que no tenía fuerzas y sentía la sangre en su boca producto de los golpes.
Jorge López dijo que en la Jefatura continuó recibiendo agresiones y constantes insultos, resultando inútiles sus ruegos para que dejaran de maltratarlo, hasta que lo llevaron al patio trasero donde los bañaron con la hidrolavadora.
“Estaba con mucho miedo y me sentía muy humillado, le obligaron a bajarme el pantalón, lo que hice a medias porque estaba esposado, y me comenzaron a tirar el agua. Sentía mucho dolor cuando me tiraban el chorro en los testículos y en el ano, cosa que ni a mi esposa le conté. Ya no podía mantenerme en pie”, dijo López con lágrimas en sus ojos.
Continuando con su testimonio, dijo que llegó a sentir mucho frío y lo envolvieron con un nylon a modo de pollera, para continuar humillándolo y después llevaron a la Comisaría Primera, para quedar encerrado en un calabozo ciego.
Una vez en la celda, López sentía mucho malestar y frío, ya que estaba mojado y lesionado por la golpiza. Fue en ese momento que otro preso le pasó por un agujero de la puerta una remera.
“Estaba muy mal y pedí que llamaran un médico y vino el mismo médico que me vio en el patio de la Jefatura, pero me vio tan mal se retiró y fue ahí que me llevaron al hospital. Fue sobre un cartón en el asiento trasero, pero antes tenían la intención de llevarme atrás de la camioneta porque estaba mojado.
Allí fue asistido y estuvo internado alrededor de 12 horas, para luego recibir el alta y regresar a la Comisaría.
Cabe recordar que López y su hermano habían sido detenidos e imputados, pero recuperaron la libertad al no haber elementos que sostuvieran los dichos y actas policiales.
Como sucede con cada testigo, López fue sometido a una serie de preguntas por parte de la Fiscalía, Querella y Defensas, al tiempo que su pudieron observar videos, entre ellos los tomados por López y otros captado por las cámaras de seguridad de la Jefatura.
Ante algunos cuestionamientos, López sostuvo con firmeza que nunca agredió a la Policía y negó que tiró piedra alguna contra nadie.
También dijo haber sufrido serios problemas psicológicos, que le cupieron el carácter, le generan temores y hasta lo perjudican en su vida laboral.
Además de otras preguntas los defensores hicieron hincapié en el tema de las lesiones, ya que consideran no fueron como dice la víctima e intentaron demostrarlo cuando le preguntaban las horas de internación hasta el alta y su participación en la marcha pidiendo Justicia.
Por otra parte, se proyectó un video, que solicitaron sea congelado en uno de sus pasajes, en el cual se ve en el patio a quien era subjefe de la Departamental, comisario inspector Marcos Antiniow, en tanto que en otro pasaje, se observa a uno de los imputados pasar con guantes de látex en sus manos.
El juicio continuará este miércoles, jornada en la que habrá más declaraciones, entre ellas la de Aníbal López, hermano de Jorge, así como otros familiares de la víctima. (03442)
Declaró Jorge López y relató su padecimiento
Durante el debate oral y público se escucharon grabaciones y presentaron videos incorporados a la causa judicial.
En la segunda jornada del juicio iniciado por vejámenes y torturas contra efectivos de la Departamental prestó declaración Jorge López, denunciante en la causa. El vecino detalló el calvario sufrido desde su detención y hasta su traslado a dependencias de la fuerza. También dieron su testimonio los dos policías que llegaron, en primer término, al lugar de los incidentes.
En el recinto del cuarto piso de los Tribunales se llevó a cabo ayer la segunda jornada del juicio a policías acusados por vejámenes y torturas en el marco de la causa originada el 25 de mayo de 2015. En la oportunidad, tres personas declararon ante la Sala Penal de la Cámara y con la presencia de la Fiscalía, la Querella y la Defensoría. Se trató de Humberto Román Ortman y Sergio Gabriel Blanc, los dos agentes que, tras ser notificados por el Comando Radioeléctrico de un llamado -que alertaba sobre una presunta violación en un terreno baldío, por parte de varios hombres-, concurrieron, en primer término, a la calle Sarmiento entre 16 y 17 del Oeste Sur, donde, luego, se desencadenaron los incidentes denunciados por Jorge Adolfo López, de 51 años, quien, también, compareció ante los magistrados.
La palabra de López
En su testimonio, la víctima repasó los hechos ocurridos entre las 8:15 y las 8:30 del 25 de mayo de 2015, en momentos en que se hallaba en el fondo de la casa de su hermano, Aníbal Oscar López, y efectuaba trabajos en un portón chico. Fue así que la suegra de su hermano avisó que afuera había problemas con unas chicas, por lo que él y sus familiares salieron a ver qué pasaba. Fue así que observó que un policía intentaba llevar a una joven y que ésta le propinaba patadas. Esa actitud le llamó la atención, por lo que se fue hasta el fondo del inmueble para buscar un celular y filmar así la situación, que le producía indignación, por cómo la muchacha, que parecía estaba “sacada”, trataba al agente del orden, quien le pidió que siguiera grabando para que quedara reflejado cómo era golpeado. Así lo hizo y, como se “aburrió” de la misma escena, retomó las tareas en el fondo de la casa de su hermano. A los pocos minutos, sintió frenadas de vehículos y gritos, por lo que salieron y observaron a tres patrulleros y motos de la Policía. Al quedar asombrado por la magnitud del procedimiento, reanudó la filmación en la vereda y un agente le dijo que no podía grabar, pero él siguió haciéndolo y contó los móviles de la fuerza hasta que, en un momento, sintió que le echaron un gas (probablemente pimienta), que nubló su visión.
Ingresó a la vivienda y llegó hasta una mesada, donde escuchó más tiros en la calle y a su hermano, diciendo que “no era un delincuente”, ante una aparente detención. Como creyó a que la Policía le había molestado el hecho de que había filmado, pensó en qué lugar podía resguardar su teléfono -como prueba de que él “no hizo nada”-, que ocultó con un repasador. López contó que recibió golpes de puño, con itacas y patadas en la cabeza y en el pecho, al tanto que le decían que se tirara al suelo, mientras le proferían “injurias (insultos)”. Lo esposaron con las manos hacia atrás y “arrastraron” hasta la caja de una camioneta para trasladarlo hasta la Jefatura. En el trayecto, dijo que le pisaron el cuello, hecho éste que le dificultó la respiración, al tiempo que le reclamaron que entregara el celular. Él dijo que no lo tenía, por lo que recibió más golpes. Cuando la unidad llegó a la Departamental, escuchó que alguien dijo: ‘¡Ojo con pegar que hay cámaras!”. Así lo bajaron del móvil y llevaron hasta un pasillo angosto, donde le pegaron nuevamente. Él sintió que se ahogaba por la sangre. “Sentí que me mataban, por tanto que me hirieron”, confesó. Escuchó a alguien decir que “no le pegaran más porque lo iban a matar”, pero siguieron haciéndolo. Estando en tirado en el piso, vio que los abanderados y escoltas pasaban por donde él estaba.
‘Me torturaron’
Seguidamente, pasó un policía que propuso “agarrarlo con la hidro”. Rogó que no lo hicieran y, tras ser levantado y llevado al lugar adonde lavan los autos, le ordenaron que se bajara los pantalones. Fue ahí cuando López se quebró en llanto al dar cuenta de la humillación sufrida. “Me torturaron mal y eso no se lo deseo a nadie”, afirmó. Tras esto, relató que trajeron una bolsa roja que pusieron como pollera, mientras que le decían: “Mirá qué linda nenita que quedás con esto”, al tiempo que se renovaron las amenazas. Dolorido, sobre todo en los genitales, lo trasladaron hasta la Comisaría 1ª y ubicaron en el calabozo ciego, “mojado y muerto de frío”, pero sin las esposas. “Las horas eran eternas, oriné sangre y me asusté mucho”, admitió para expresar que tenía miedo de llamar a un médico porque pensó que iban a golpearlo de nuevo. Por un pequeño agujero le pidió a un preso que le diera algo para abrigarlo. Se sintió mal y pidió a un policía que lo trasladaran al Hospital. Arrastrándose cómo pudo, comentó que un efectivo le dijo que se subiera a la caja de atrás y él solicitó que no porque hacía frío. “Adelante no te vamos a llevar porque estás mojado y vas a empapar todo”, le respondieron los agentes, pero de la Comisaría expresaron que no lo llevaran en la parte de atrás del móvil porque “podía haber problemas”. Fue así que lo ubicaron adelante y tuvo miedo de que no lo trasladaran al nosocomio, pero sintió tranquilidad cuando la unidad llegó a Balbín y Díaz Vélez. En el Hospital lo atendieron muy bien y alguien le dijo que los denunciara. Al día siguiente le dieron el alta y regresó la Comisaría 1ª, donde lo atendieron “mejor”, manifestándole que lo ubicaron en el calabozo ciego por un “pedido de un superior”. A eso de las 18:00 recuperó su libertad. López destacó que lo vivido le trajo secuelas físicas sino, también, psicológicas, estando aún en tratamiento con profesionales, tomando pastillas para la depresión y dormir.
Otras declaraciones
Por su parte, los policías –uno actualmente retirado- prestaron testimonio respecto de su intervención en cuanto al traslado de las dos mujeres y el clima hostil presentado en la ocasión, por lo que se vieron obligados a solicitar refuerzos. Durante el proceso se escucharon grabaciones y filmaciones incorporadas a la causa.
Hoy continúa
El debate oral y público entró en un cuarto intermedio para reanudarse hoy, a las 9:00, con las declaraciones de más testigos. (La calle)