Justo cuando la transparencia parecía imponerse y prevalecer, ni más ni menos que el máximo jugador, el que está en la cúspide del Poder Judicial, hizo una jugada que requiere en forma urgente ser revisada por el VAR (Video Assistant Referee, en su denominación en inglés), a fin de verificar si fue un gol legítimo o si, en verdad, se trató de una avivada más, de esas que solemos festejar los argentinos.
Picardía dirán algunos. Trampa gritarán otros, más justicieros. Lo delicado de esta última definición resulta de aplicarla a una conducta que tiene por protagonista no a algún conocido estafador, o a alguno de esos personajes ventajeros que se huelen a lo lejos. No. Aquí la trampa, si efectivamente fuera tal, tiene por autores a los máximos responsables de impartir justicia en Entre Ríos, los vocales del Superior Tribunal.
Vayamos al grano. Este miércoles, los «supremos» como algunos gustan llamarlos, dieron a conocer planillas con sus sueldos, en un gesto de transparencia, coherente -hay que decirlo y resaltarlo- con un fallo del propio STJ que condenó al directorio de ENERSA a hacer lo propio.
Hasta aquí, todo bien. Pero ni bien los lectores de los medios digitales entrerrianos descargaron las planillas, algo sorprendió: los sueldos de los jueces serían más bajos que los de los fiscales, que se adelantaron la semana pasada a difundir los suyos.
Por ejemplo, mientras un coordinador de fiscales con varios años de antigüedad percibe un haber neto de algo más de $ 340 mil y un fiscal con 20 años de trayectoria orilla los $ 258 mil, resulta que el mismísimo presidente del Superior Tribunal de Justicia no sobrepasa los $ 273 mil. ¿Raro, no?
Lo que pasó es muy sencillo: la planilla enviada a los medios por el Servicio de Información del STJ no incluyó el ítem antigüedad, que en algunos casos más que duplica los montos del haber nominal.
No fue la única omisión si se compara la información divulgada por el Superior Tribunal de Justicia con la que sacó a luz el Ministerio Público Fiscal. A los vocales les faltó también dar a conocer el rubro viáticos.
En su momento había trascendido que el doctor Castrillón, lo mismo que la mayoría de los vocales, percibirían no menos de 500 mil pesos. La planilla publicada este miércoles parece desmentirlo. Pero sólo «parece». En realidad, si se multiplica por dos el valor que allí figura -y tal vez nos quedemos cortos, porque los años de antigüedad den para algo más que el doble- se llega a 546.000 pesos. Y faltaría también sumar los viáticos.
Por todo esto, la «jugada» del máximo órgano de Justicia de Entre Ríos necesita ser revisada en el VAR, para determinar si realmente fue gol o no… o se volvió un «pelotazo en contra».
La imagen en cámara lenta permitiría saber si la decisión de omitir la antigüedad y los viáticos fue de un solo vocal, fue de todos, qué argumentos la justificaron, si en algo tuvo que ver el área de información en la que trabajan profesionales del periodismo reconocidos por el rigor y la precisión a la hora de informar, o si, por el contrario, se desoyeron sus consejos.
Como sea, una pena que se haya desaprovechado la oportunidad para, simplemente, dar a conocer cuánto realmente perciben, y ponerle punto final al secretismo y a las especulaciones.
¿Habrán acaso considerado que la difusión del ítem «antigüedad» violaba la intimidad de las personas? Ridículo suponer tal cosa, salvo que consideráramos que los años de servicio y la edad fueran datos sensibles… aunque a algunos/as, tal vez, pueda molestarles que se conozcan.
El Entre Ríos