El actual contexto obliga a aprovechar de manera más inteligente y eficaz los pocos recursos que se tienen para el desarrollo de una comunidad.
Entre esas oportunidades, el saber potenciar el don de un entorno natural con la virtud de una sociedad destacada por ser anfitriona, es una fórmula fecunda para el desarrollo del turismo. Y mucho más en un fin de semana largo, donde la ocasión para trasladarse de un destino a otro se facilita aún más.
Entre Ríos se ha preparado turísticamente para vivir y gozar durante este fin de semana las bondades que genera el desarrollo turístico, máxime cuando está maduro el diálogo entre el sector público y privado.
Sin embargo, quien recorra los caminos de ripio o mejorados en los lugares de alto impacto de visitantes se llevará una decepción, además de vivir la preocupación por posibles roturas de vehículos y el malestar que ello genera.
Esto es lo que ocurre, por ejemplo, con el ingreso al Parque Nacional El Palmar, acaso una de las naves insignias para ofrecer en cada fin de semana y, en especial, cuando son largos como el presente.
Pero, las autoridades de gobierno deberían avisarle a Vialidad Nacional como a Vialidad Provincial que sin “repasar” los caminos; sin mantener los accesos, convocar a los turistas, al visitante es llevarlo a un camino de decepción por lo intransitable y los trastornos que implicar circular por esos accesos. Los prestadores como los pobladores valoran cuando Vialidad hace el mantenimiento; pero del mismo modo señalan cuando la ausencia es parte del deterioro.
Caminos con evidente falta de mantenimiento; “con serruchos” que hacen temblar a cualquier vehículo y un paseo que debería terminar en elogios y admiración, concluye con enojos por haber tenido que transitar por caminos con riesgos de seguridad.
Análisis