Dio inicio este martes el juicio oral contra Rubén Pastor alias “Pichuchi” de 39 años de edad y su hijo Ezequiel Emanuel Pastor de 20, acusados del crimen de Maximiliano Daniel Robles (Ñoco) de 31 años de edad, ocurrido a mediados de agosto pasado en Villa Mantero, localidad del departamento Uruguay.
Ambos sujetos son representados por el doctor Mario Ignacio Arcusin, en tanto que la acusación es ejercida por fiscal Juan Pablo Gile, siendo abogado querellante en representación de la familia de la víctima, el doctor José Pedro Peluffo.
El debate se desarrolla ante el Tribunal de Juicio integrado por los vocales, Fabián López Moras, Mariano Martínez y Alberto Seró.
La primera jornada fue de los alegatos, haciendo uso de la palabra el fiscal, quien narró los hechos, indicando que todo se desató cuando la víctima trató de intervenir para evitar una disputa entre dos hermanastros vecinos, un domicilio de calle Gualeguay entre 25 de Mayo y Córdoba de la ciudad de Villa Mantero.
Alfredo Pastor y sus hijos Ezequiel y otro menor de 12 años, cuchillos en mano, comenzaron una pelea con Sergio Stuber, alias “Queco”, hermanastro de Alfredo y en ese momento, con Stuber se encontraban Maximiliano Robles y un menor de quince años, instante que se generó la reyerta en la cual Robles era atacado por Ezequiel Pastor y el preadolescente, recibiendo una puñalada de parte de Ezequiel Pastor, con un facón de unos 15 centímetros de hoja, que causó una lesión en el corazón, mientras el padre del agresor lo instaba a darle muerte con frases como “matalo, Eze, matalo”.
El fiscal señaló que al joven pastor le imputaba el delito de homicidio simple, en tanto que al padre lo acusaba de instigación al homicidio, lo que sería probado a lo largo del juicio.
A su turno, el doctor Peluffo adhirió a lo alegado por el fiscal interviniente y dijo que se probaría la responsabilidad de ambos acusados.
El defensor Arcusin, alegó que no estaba la muerte de Robles, pero que intentaría probar que sus clientes no eran responsables de los cargos que sostiene la fiscalía y que se estaba ante un caso de homicidio en riña, señalando que no estaba probado quien era el responsable o cómo se produjo el incidente, por lo que solicitaría llegado el caso, la absolución por el beneficio de la duda.
Luego de los alegatos, ambos imputados aceptaron declarar, negando los cargos y contando su versión de los hechos, aclarando que ellos nunca estuvieron armados con cuchillos y que los agresores fueron un hermanastro de Rubén Pastor y otros sujetos, entre los que se encontraba Robles, desconociendo quien pudo aplicarle el puntazo.
En el caso de Pastor padre, aclaró que él fue víctima de una golpiza previa al grave suceso, durante la cual tuvo una luxación del hombro derecho y que momentos más tarde, cuando venía su hijo Ezequiel para ayudarlo, fueron atacados nuevamente.
Los dichos de Pastor hijo, no difirieron de lo narrado por su padre, pero la Fiscalía no quedó conforme por lo que realizó algunas preguntas, una de las cuales ponía en dudas los dichos de los acusados, que pese a estar desarmados, no recibieron lesiones de arma blanca y quien supuestamente era uno de los atacantes terminó perdiendo la vida.
Luego de las declaraciones, se tomó juramento a los 7 testigos mayores de edad (en su mayoría funcionarios policiales) que declararon, a los que se sumó el hijo menor de edad de Pastor.
El debate continuará este miércoles, con nuevas testimoniales, teniéndose prevista la finalización del juicio para el jueves.
Fuente: 03442