En el Día Internacional de la Lucha contra la No Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, la Municipalidad de Paraná realizó el izamiento de la bandera de la diversidad sexual en el mástil emplazado en la zona de El Rosedal.
La actividad fue encarada por personal de la Secretaría General y Derechos Humanos, el Consejo Representativo de la Diversidad Sexual, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), y organismos y activistas de diversidad sexual de la ciudad.
Hace más de 20 años, la homosexualidad era considerada una enfermedad psiquiátrica que requería tratamiento y, por ello, se incluía en diferentes manuales médicos y en el listado de enfermedades de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Por suerte, la investigación científica y el desarrollo de las sociedades con valores igualitarios lograron erradicar esta idea.
La percepción sobre el fenómeno de la homosexualidad comenzó a cambiar en el año 1973, en el cual la Asociación Americana de Psiquiatría decidió quitar de su “Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales” a la homosexualidad como una enfermedad mental. A partir de entonces, la asociación se pronunció en contra de todas las legislaciones y acciones que fueran discriminatorias.
Este suceso sirvió como propulsor para el posicionamiento público de grupos y colectivos que venían trabajando en la lucha contra la discriminación y segregación de gays y lesbianas. Estas reivindicaciones siguieron su curso a favor de los derechos de las personas homosexuales y de la igualdad de todos los seres humanos. Finalmente, el 17 de mayo del año 1990, la OMS retiró a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales y se promulgó oficialmente el día 18 de mayo del mismo año.
Esta medida generó un gran impacto en las sociedades y gobiernos, quienes cambiaron sus legislaciones y normativas a favor de un mundo más justo. Sin embargo, en la actualidad, todavía existen casi 80 países en los que se criminaliza la homosexualidad y millones de gays, lesbianas y travestis, son condenados a penas de prisión y, en algunos casos, son condenados a muerte, como actualmente lo está viviendo hoy Chechenia (Rusia).