Las alimenticias comenzaron a enviar a supermercados y almacenes su listado con incrementos que rondan entre 5 y 10 por ciento. También se registran aumentos en servicios como Netflix y Spotify.
La fuerte trepada en la cotización del dólar de las últimas semanas ya empezó a mover los precios de productos que tienen componentes ligados al comercio exterior, como enlatados, artículos de limpieza importados, insumos de computación y servicios como Netflix y Spotify, entre otros.
Las alimenticias comenzaron a enviar a supermercados y almacenes su listado con incrementos que rondan entre 5 y 10 por ciento, consignaron a NA fuentes del sector comercial.
En otros casos, como los insumos para computación, las remarcaciones se realizan rigurosamente acompañando la depreciación del peso, ya que en general se trata de productos importados, como los cartuchos para impresora, con lo que el ajuste en muchos casos es «día a día».
Ya hay alzas en bebidas, como las gaseosas y las cervezas, derivados de la harina como los panes lacteados y las distintas variantes de aceite, indicó un referente del sector supermercadista consultado.
Incluso, en el caso de la harina y el aceite, los mayoristas, supermercadistas y almaceneros coinciden en haber recibido ya dos remarcaciones desde que arrancó mayo.
El sector comercial venía sufriendo un fuerte impacto en los precios como consecuencia del alza en las tarifas y en los combustibles durante abril, por lo que la devaluación, y cierta dosis de especulación, sumaron más presión aún para los consumidores.
Juan López Roidó, de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario y la Región centro (Casar), dijo que el incremento en la harina ronda el 20%, lo cual eleva el precio de las decenas de productos panificados que se comercializan.
En distintos sectores se volvió a la ya conocida práctica de demorar las ventas con el argumento de que no se tiene un precio de referencia, lo cual también complica la comercialización.
«Muchos piden esperar a lo que ocurrirá este martes con la licitación de Lebacs del Banco Central, para ver qué ocurrirá con el dólar», dijo a NA un empresario vinculado con el sector mayorista.
Un especialista en consumo hizo notar que el peso de los insumos importados en la economía aumentó con fuerza desde el 2016 con la apertura de la economía, y ante una apreciación del dólar, la presión sobre los costos se hace cada vez más evidente.
En tanto, en la producción de pollos impacta la devaluación porque el insumo fundamental que tienen los productores es el maíz y la soja, cuyo precio está aumentando a nivel internacional.
La suba del dólar también el precio impacta en los productos electrodomésticos importados, como los televisores, más demandados ahora ante la proximidad del Mundial de Rusia.
El sistema de compras por Internet, o el de puerta a puerta que se realiza por el correo, también se encarece, porque si bien el precio de compra en dólares no varía, sí hacen falta más pesos para pagarlos.
También el turismo se ve fuertemente impactado por los gastos en dólares en el exterior con tarjeta de crédito.
Con el alza de la divisa estadounidense también hacen falta más pesos, a lo que hay que sumarle los altos intereses de las tarjetas por el financiamiento que superan el 60 por ciento.
En mayo y junio no habrá presión de los combustibles, ya que el gobierno acordó un congelamiento, pero esos ajustes se producirán a partir de julio, cuando las petroleras podrán empezar a aplicarlo en forma gradual, según el acuerdo firmado en el Ministerio de Energía.
Otros servicios que se ven impactados son aquellos contratados a proveedores del extranjero como Netflix y Spotify, cuyos precios en dólares no varían, pero sí representan una carga mayor para los consumidores que deben afrontarlos con sus pesos.
Además, la aplicación del IVA a este tipo de servicios ya los había encarecido en un 21%.
Uno de los cimbronazos más fuertes por la suba del dólar lo reciben quienes se encuentran en proceso de adquisición de su primera casa mediante un crédito hipotecario «UVA», cuyo capital y cuota mensual se actualiza por inflación.
Dado que el precio de las viviendas en la Argentina sigue siendo cotizado en dólares, mientras los préstamos son realizados en pesos, cualquier desajuste del tipo de cambio impacta de lleno en la capacidad de compra de vivienda.
Quienes están a punto de comprar tienen que recurrir a familiares para poder cubrir la brecha generada por el salto del dólar; en otros casos deben posponer o dejar caer escrituras al no llegar a obtener los dólares suficientes, lo cual en algunos casos les hace perder la seña otorgada para reservar la propiedad.