La OMS recomendaba la vacuna para aquellas personas que viajaran al Norte y el interior de Brasil, ahora, como precaución, aconseja vacunarse al menos diez días antes del viaje a todos los que planeen visitar también San Pablo.

Ante el rápido aumento de muertes por fiebre amarilla en Brasil, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los visitantes extranjeros que se vacunen antes de viajar a los destinos turísticos del país, incluido ahora el populoso estado de San Pablo.

Hasta el momento, en los primeros 15 días de 2018, las autoridades brasileñas han confirmado once muertes por esta enfermedad viral en el estado de Minas Gerais, cuatro en el de San Pablo, tres en el de Río de Janeiro, una en el de Bahía y otra más en el distrito federal de Brasilia. Tanto el litoral paulista como las costas de Río de Janeiro y de Bahía se encuentran en este época veraniega repleta de turistas, muchos de ellos argentinos que llegan a disfrutar de sus playas. Por ahora, los casos de infecciones han sido en localidades del interior.

Brasil había erradicado en 1942 la fiebre amarilla urbana, transmitida por el mosquito aedes aegypti, y los casos más comunes eran los de su tipo silvestre, que transmiten los mosquitos haemagogus y sabethes, cuyas primeras víctimas son los monos. Desde fines de 2016 se empezó a notar un fuerte incremento en la muerte de estos animales por fiebre amarilla -más de 2500 hasta ahora- en áreas selváticas y boscosas cercanas a grandes centros urbanos, y ya a principios del año pasado en parques y zonas verdes en las ciudades, donde comenzó a infectar a humanos. El brote de 2017 dejó 777 personas infectadas y 261 muertes confirmadas por la enfermedad.

 

Recomendación de la OMS

La OMS recomendaba la vacuna para aquellas personas que fueran a viajar a áreas de riesgo en el Norte y el interior de Brasil. Ahora, como precaución, aconseja vacunarse al menos diez días antes del viaje a todos los que planeen visitar también las ciudades brasileñas, incluida San Pablo, así como tomar medidas para evitar picaduras de mosquitos, que transmiten el virus, y prestar atención ante posibles síntomas, que incluyen dolores de cabeza, musculares y de espalda, fiebre súbita, sensación de fatiga, malestar general, náuseas y vómitos, para acudir al médico cuanto antes.

Generalmente, los síntomas se manifiestan entre tres y seis días después de la picadura; al principio pueden ser leves y pasar desapercibidos, pero a medida que la enfermedad avanza, cuando ya la piel del infectado adquiere la coloración amarillenta típica (ictericia), la situación se puede agravar con hemorragias y problemas cardiacos, hepáticos y renales; casi la mitad de los casos más graves acaba en muerte.

Los últimos fallecimientos confirmados por fiebre amarilla provocaron una oleada de personas que acudieron a los centros de salud para vacunarse, aunque en muchos escasean las dosis. Por la situación, en el estado de San Pablo -que con 45 millones de habitantes es el más poblado de Brasil- se empezó a fraccionar la vacuna única en diez dosis; ante el temor a que falten suministros, en los hospitales de la ciudad de San Pablo había largas filas de interesados en vacunarse en las últimas horas, y el secretario de Salud estatal, David Uip, adelantó para la próxima semana la campaña de vacunación oficial, que debía empezar recién en febrero.

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