Un trabajo realizado en los asentamientos uruguayenses da cuenta del nivel de habitantes, sus condiciones y el acceso al trabajo y la educación.
Unas 800 familias viven en asentamientos en Concepción del Uruguay. Empezar por las cifras es dar forma y presentar eso que muchos prefieren no mirar. Poner el foco sobre algo que de tan visible y cotidiano se vuelve invisible, o se invisibiliza, o no conviene mencionar. La semana pasada, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) presentó el primer relevamiento sobre asentamientos en la ciudad. Un tema sobre el que, hasta ahora, había muy poca información y que es fundamental conocer para desarrollar programas que apunten a generar igualdad de oportunidades.
El relevamiento se desarrolló en distintos puntos de la ciudad como Villa Itapé, Los Palos, Cristo de los Olivos, La Tablada, ex Fapu, entre otros. Este informe no sólo pone de manifiesto que el número de familias que se muda a los asentamientos crece a pasos agigantados, sino que además marca el grado de dificultades de la población más vulnerable para acceder a una mejor calidad de vida.
Daniel Castro integrante de Ctep habló con La Calle sobre la investigación realizada y destacó: “en noviembre del año pasado logramos a nivel nacional la ley de emergencia social que este año Macri se había comprometido a cumplirla en su totalidad y dentro de los puntos a desarrollar estaba la creación de un Consejo de Economía Popular donde se efectúe un registro de trabajadores y familias para que quienes se encuentran trabajando de manera informal, vivan en asentamientos o no tengan acceso a salud o educación, puedan acceder a un salario digno, así nace este relevamiento”, comentó. “Nos encontramos con un escenario grave. Los asentamientos están creciendo proporcionalmente, la mayoría de las familias viven del reciclaje, no tienen un trabajo formal”, señaló Castro, destacando que si bien hasta el momento no hay cifras concretas, ya que el desarrollo de la encuesta se encuentra en marcha en todo el país, en nuestra ciudad la cifra ronda en las 800 familias viviendo en asentamientos.
Desocupación
Dentro de la actividad pudieron constatar el aumento de la desocupación ; “casi el total de las familias están desocupadas, por ahí nos encontrábamos con algunos barrios donde un integrante de la familia trabajaba como por ejemplo en el Ex Circuito Mena. De todos los habitantes de ese asentamiento sólo en una familia un hombre trabaja actualmente en un frigorífico” explicó Daniel.
Otro factor clave que resulta de este examen, además del desempleo, es el déficit en infraestructura, no solo cloacas o agua sino de transporte, que lleva a que las zonas vulnerables no tengan conexión con los principales puntos de la ciudad. Esto también influye en la calidad de la salud, de la educación, y algo tan básico como que haya una farmacia a pocas cuadras de donde se vive. En cuanto al acceso a la educación y a la salud Castro expresó que son la minoría los niños y las niñas que no asisten a las escuelas o no se realizan controles sanitarios y esto es debido a que dentro del cobro de los planes sociales uno de los requisitos es presentar al día los análisis médicos y dar constancia regular de que los chicos asisten a alguna escuela de la ciudad donde viven.
Un panorama desalentador
“Más allá del relevamiento nosotros también tenemos comedores y organizamos diferentes actividades en los barrios de la ciudad y en este último tiempo vemos un gran decaimiento en el poder adquisitivo de los vecinos que se encuentran hoy en los sectores más vulnerables de Concepción del Uruguay que son los más perjudicados por las medidas macroeconómicas que se vienen implementando a nivel nacional, como por ejemplo el aumento del dólar o la nafta que inciden directamente en lo que es el costo de vida de los ciudadanos, lo mismo con los insumos de la canasta básica. El panorama es desalentador, hace dos años hacíamos un evento deportivo o cultural y siempre nos sobraba leche en las meriendas que le dábamos a los chicos. Hoy en día nos falta, no nos alcanza”, declaró Daniel.
Cabe señalar que la situación narrada no hace más que evidenciar el gran déficit en relación al acceso a la educación, salud, cultura, servicios e infraestructura urbana, por parte de vecinos de sectores marginados de la ciudad. (La calle)