En fallo unánime el tribunal declaró culpable al procesado, que por su edad cumplirá la pena en su casa en San José de Feliciano
Un poco de alivio ante tanta injusticia recibió ayer la adolescente de San José de Feliciano que fue violada cuando era niña por un familiar que en la actualidad tiene 70 años. Si bien el hombre que le destruyó la vida no irá a la cárcel por su edad, ayer en fallo unánime el tribunal integrado por Elisa Zilli, Ricardo Bonazzola y Alejandro Grippo le aplicó una condena de 12 años de prisión.
Tras seis años de una investigación lenta y negligente que incluyó la pérdida de material probatorio en el Juzgado de Feliciano, se llegó a un veredicto que prueba que lo que reveló en una filmación a fines de 2011 esa nena de tan solo 11 años era verdad.
El tribunal aceptó el pedido de 12 años de prisión para el hombre de 70 años que realizó la fiscal Carolina Castagno. Además, a partir de testimonios en el juicio, quedó abierta otra investigación para determinar si la hermana de la menor también fue víctima de abusos por parte del mismo acusado.
Junto al acusado fue juzgada la madre de la menor, que por falta de pruebas no fue acusada por la Fiscalía. La mujer estaba sindicada como entregadora de su hija. Sin embargo, quedó establecido que no sabía lo que sucedía en la casa de ese tío político de la menor, que tenía mucha influencia sobre la familia. Ayer al escuchar al tribunal condenar al hombre, la madre de la víctima sufrió una descompensación. Todos los informes médicos y de los equipos técnicos coincidieron en señalar que la menor había sido abusada sexualmente.
Una historia escalofriante
El caso que fue juzgado en Paraná sucedió entre 2007 y 2011, en la vivienda del acusado, según lo relevado en el expediente. Y llegó a conocimiento de la Justicia a partir de que la víctima, a los 11 años, le pidiera a amigas que la filmaran con un celular relatando el calvario que sufría. Este video fue observado por una trabajadora social y el equipo técnico de un taller al que asistía la chica, quienes hicieron la denuncia.
El celular fue secuestrado y el video fue pasado a un soporte digital por parte de la Dirección Inteligencia Criminal de la Policía de Entre Ríos, para luego ser anexado al expediente. El entonces Juzgado de Instrucción de Feliciano perdió el teléfono y el video completo, solo sobrevivió un extracto breve del mismo que pudo ser observado en el juicio por las partes. Se trató de una prueba fundamental, pero también en el debate declararon más de una decena de testigos que aportaron elementos que fueron valorados al momento de la acusación.
La declaración más importante era la de la víctima, quien muy tímidamente ya había contado lo que sufrió en cámara Gesell. En el juicio la adolescente ratificó que fue abusada por el hombre, pero desvinculó a su madre de la versión que indicaba que cobraba plata para facilitársela al violador.
Finalmente, la fiscal Carolina Castagno consideró que se logró probar en forma suficiente que el sujeto cometió el delito y lo acusó por Abuso sexual gravemente ultrajante, por lo cual solicitó 12 años de prisión.
Respecto de la situación de la madre de la chica, la fiscal estimó que no podía sostener la imputación en base a pruebas fehacientes, principalmente por la declaración de la víctima.
Por esto, pidió su absolución por los delitos de Facilitación de la prostitución agravada por su condición de ascendiente, en forma reiterada.
Además, Castagno dijo que iba a pedir a la Unidad Fiscal de la ciudad de Feliciano que abriera un nuevo legajo en el marco de esta ca usa para investigar si la hermana de la víctima fue también abusada sexualmente por el acusado. Esto, a partir de las sospechas que se generaron tras las declaraciones de testigos en el debate que refirieron que tal situación también se habría dado, y no podían dejarse pasar de largo acusaciones de semejante tenor.
Madre e hija otra vez juntas
La defensa de la madre de la víctima solicitó que se arbitren los medios, a través del Ministerio Pupilar o de los organismos pertinentes, para lograr una revinculación lo más armónica posible entre la hija y los padres separados hace más de seis años.
El abogado que representó a la mujer fue Roberto Alsina, mientras que el defensor del condenado fue Claudio García, y la represente del Ministerio Pupilar fue Susana Carnero. (UNO)