En Gualeguaychú se desplomó la cantidad de tambos: quedan sólo 13

En los últimos dos años cerraron 17. La falta de recambio generacional de tamberos y la concentración económica ha hecho que fueran desapareciendo, quedando cada vez en menos manos.

El campo es uno de los pocos sectores que le escapa a la crisis económica y que genera dólares para darle respiro al plan del gobierno que se sostiene a base del incremento de la deuda. Sin embargo, también sufre coletazos: en los últimos dos años, cerraron 17 tambos en el departamento Gualeguaychú.

Igualmente, es un fenómeno que viene dándose desde hace una década. En 2015, había 56 tambos en Gualeguaychú, 43 más que en la actualidad.

Quien detalló la actualidad del sector en diálogo con Ahora ElDía fue el integrante de la Federación Agraria de Entre Ríos (Farer) Norberto Ferrari, especialista sobre lechería. “Desde 2015 empecé a relevar datos sobre las vacunaciones de aftosa que hace la Fucofa. En los índices se especifica si el ganado se vacuna como rodeo general o como tambo, por lo tanto, para ver la película completa, en 2015 en el departamento de Gualeguaychú 56 tambos realizaron la vacunación, y 10 años después, se vacunó en sólo 13 establecimientos”.

“La verdad que se destruyó el número de tambos, sólo quedó un 20%, es decir que hubo una caída del 80%”, marcó, y añadió que “se cerraron muchos tambos chicos y los tambos grandes son cada vez más grandes”.

Ferrari detalló que “en el 2015 había casi 5.900 vacas y ahora en el 2025 sólo se vacunaron 3.426. Lo que nos muestra esto, es que no hay la misma cantidad de animales que hace 10 años atrás, pero la cantidad de animales cayó menos que la cantidad de tambos. Por lo tanto, explica que los que quedan son cada vez más grandes, y los que cerraron eran chiquititos”.

Consultado acerca de las causas de esta disminución y concentración, el especialista explicó que “hay dos cuestiones claras que generan el cierre de tambos y la desaparición de productores: una es el recambio generacional. Las generaciones que deben seguir con el emprendimiento no están dispuestas, porque no les gusta o se dedicaron a otra cosa, y cuando se termina la generación que lo llevaba adelante, venden todo y desaparece el tambo. Otro motivo, que es lo que nos afecta puntualmente a Farer, son aquellos productores que les gustaría seguir produciendo pero la realidad del negocio los dejó afuera. Eso pasó muy fuerte durante el primer semestre del 2016, en el 2020, y también desde mediados del 2023 al 2024, que hubo otra desaparición muy grande de tambos que estaban financieramente ajustados, y a esos la crisis los hizo salir del sistema”.

Sobre la realidad del sector hoy, precisó que “ahora el negocio tampoco es tan malo, el número es finito, pero en todos los negocios agropecuarios es así. No es un oasis dentro de los negocios, pero tampoco es malo si no te endeudas mucho, porque las tasas van a costar muy caras. Pero tampoco es bueno como para que aparezcan nuevos inversores”.

Acerca de las variables a tener en cuenta para que el negocio rinda, puntualizó que “Hay dos que son fundamentales. Una son los costos, y dentro de los costos tenés el grano y la energía, sobre todo el de alimentación, es el costo principal que tenés en el tambo, el de energía es el segundo. Y la otra variable fundamental es el clima, porque lo que te ayuda a reducir mucho el costo es la producción de forraje, entonces mientras más forraje puedas producir, vas a mantener los costos. El clima te ayuda indirectamente a bajar los costos del alimento, y la producción de leche va a ser más barata”.

“Otra de las cuestiones que influye, y que no la podemos manejar, como cualquier negocio agropecuario, es el precio de la leche. Hoy estamos teniendo relativamente buenos precios. Nosotros tenemos un 30% de leche que se exporta, y el 70% se vuelca al consumo interno. Si se llega a complicar algún parámetro en la exportación se le complica a los productores, porque los precios bajarían mucho”, detalló.

En esa línea, reveló que el litro de leche para el productor está a $473, entre 3 y 5 veces menos de lo que le cuesta a los consumidores finales en las góndolas. “Es el promedio nacional, después hay mucha variación por provincia, pero Entre Ríos está bien posicionada en ese promedio”.

Finalmente, acerca del escenario que ve a futuro en el sector, Ferrari expresó que “lo que tiene que trabajar el productor es la calidad de la leche. Creo que la supervivencia del productor está en lograr que se le  pague por calidad y de esa manera pueda defender el trabajo que hace. Los elementos fundamentales son buena proteína, buena grasa, baja cantidad de recuento de bacteria, baja celda somática, buena calidad higiénica y  nutricional. Eso los tambos chiquititos y medianos lo pueden controlar. En la medida que empiecen a pagar por esa calidad, es ahí donde el tambero mediano y chico se puede defender, y creo que es lo que van a ocurrir”.

Ahora-El Día

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