La plataforma de streaming de películas y series cierra sus puertas por restricciones legales. Enterate los detalles.
Durante meses, Magis TV se posicionó como una solución innovadora para usuarios que buscaban compartir suscripciones a plataformas de entretenimiento sin vulnerar las normas vigentes. Mediante un sistema ordenado y transparente, permitía dividir costos de servicios como Netflix, Spotify, Disney+, entre otros. Sin embargo, esta semana se anunció su discontinuación definitiva.
El sitio operaba bajo un esquema colaborativo en el que distintos participantes accedían a cuentas grupales, respetando la cantidad de perfiles permitidos por cada servicio. A diferencia de portales ilegales, “Magis TV” apostaba por una interfaz amigable, soporte técnico y respaldo legal, argumentando que no violaba términos de uso, sino que optimizaba funcionalidades ya permitidas.
Según comunicó el equipo detrás de la iniciativa, las presiones de compañías internacionales y cambios en la regulación regional llevaron al cese de actividades. “Nuestro compromiso siempre fue ofrecer una experiencia ética, accesible y segura. Lamentamos no poder continuar con ese objetivo”, señalaron en un mensaje difundido por redes.
El impacto del cierre de Magis TV en el consumidor
La medida afectará a miles de usuarios que encontraron en la plataforma una alternativa económica frente al modelo individualista de suscripciones. En contextos de inflación y ajuste, el servicio representaba un alivio en la economía sin caer en prácticas piratas ni vulnerar licencias.
Expertos en derechos digitales advierten que el cierre podría marcar un antecedente preocupante: “Magis TV no comercializaba contenido, sino acceso compartido dentro de los límites establecidos. Su desaparición responde más a presiones comerciales que a una ilegalidad comprobada”, explicó Mariana Losada, abogada especializada en propiedad intelectual.
Si bien existen aplicaciones similares, muchas funcionan en la informalidad o carecen de respaldo jurídico. La baja de Magis deja un vacío para quienes buscaban consumir cultura de manera legítima y cooperativa. El debate sobre modelos de negocio en plataformas digitales vuelve a escena.
Por otro lado, voceros de empresas de streaming alegan que la práctica afectaba su rentabilidad y promovía una distribución no autorizada de cuentas. Sin embargo, distintos usuarios cuestionan que los servicios no contemplan realidades familiares o grupales, obligando a pagar múltiples planes.
Desde la firma que impulsaba Magis, se indicó que no se descarta una posible reconversión. “Analizamos alternativas que se ajusten a la nueva normativa sin perder la esencia del proyecto. Nuestro foco sigue siendo democratizar el acceso a contenidos digitales”, expresaron en su comunicado.
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