Es muy preocupante y verdaderamente lamentable la capacidad de desobediencia que muchos uruguayenses muestran respecto al cumplimiento de las reglamentaciones vigentes.
Esto sumado evidentemente a la falta de empatía por quienes ignoran el mal que generan a muchas personas y animales, es el caldo de cultivo para que progrese la venta ilegal de pirotecnia.
El oportunismo ante el evidente consumo de estos artefactos y la falta de capacidad de acción del municipio que no da abasto con el personal del Área, permite la aparición de puestos callejeros con artefactos de sumo peligro no solo por su uso, sino por su exposición al sol o las altas temperaturas.
Es esperar que la gente entienda alguna vez que estos juegos son peligrosos y que además causan daños a terceros, como son las personas mayores, quienes padecen autismo y los animales, entre tantos otros.
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