Producto de los propios comentarios que ha realizado en algún grupo de confianza de directores de hospitales y prácticamente conversado con el entorno más cercano, está cerca de la orilla el desembarco de la renuncia de una de las integrantes del gabinete del ministerio de Salud de la provincia, Guillermo Grieve.
Se trata de la doctora Marina Alegre, una de las funcionarias genuinas de la gestión en curso, ya que la mayoría del resto responden al loteo en el que invirtió el actual titular de la cartera de Salud y que deviene de la gestión peronista anterior.
Surgido desde las propias entrañas de la galena proveniente del hospital San Roque de Paraná, el trascendido ya generó el impacto previsible en la rueda más chica del esquema sanitario provincial.
Alegre siempre sonó como la sucesora de Grieve, sin verosimilitud concreta en realidad, pero sí desde su estrecha relación con la vicegobernadora oriunda de Nogoyá y también médica Alicia Aluani.
La funcionaria es intensivista pediátrica del nosocomio paranaense y precisamente en la guardia de los martes de terapia intensiva que compartía con Aluani (actualmente jubilada como médica) profundizaron la amistad y conceptos en común frente al tema de la salud pública ante la posibilidad de cara a un futuro que las pudiese tener juntas en algún proyecto de estas características. Y el día llegó, o al menos la posibilidad de ser una posible sucesión de Grieve.
Alegre viene siendo una fuerte crítica de la gestión de Grieve, lo que no pocas veces ha expresado públicamente por los pasillos del ministerio e incluso se la ha escuchado quejarse con vehemencia y a los gritos en el propio despacho del ministro, quizás no teniendo en cuenta que la barra del tablón de los pasillos siempre está presente.
Los propios representantes gremiales ya han tomado nota de esta grieta y mientras debaten sobre sus propias problemáticas entienden que el diálogo no será jamás positivo si hay una gestión que dice y contradice en el marco del fuego amigo.
Marina Mariana Alegre sigue siendo por lo pronto la Directora General de Recursos Humanos y Hospitalarios y Centros de Salud. Proviene del hospital San Roque, donde en octubre del 2020 (gestión Bordet) integró por un tiempo el consejo directivo del nosocomio paranaense.
Conocida por un carácter impulsivo, sus más cercanos consejeros anhelan que prime en ella la reflexión y reformule su decisión.
Por lo pronto, en los últimos días no ha ido a trabajar de lo que se desconoce el porqué aunque detrás de ello aliente un paraguas de conjeturas que quizás se disipen en las próximas horas.
La funcionaria tampoco ahorró en contar que no tiene el mejor de los tratos como mujer y que las respuestas que reclaman le llegan en cuentagotas. Quizá todo tenga que ver con que sido muy crítica de la gestión y de cómo se la viene vendiendo.
Análisis