En el caso de la mujer hallada sin vida maniatada y amordazada, toma cada vez más fuerza una nueva hipótesis. El robo por la venta de unos animales existió, pero fue en enero y un allegado a la mujer sería el responsable.
En la investigación por el homicidio de María Inés Basaldúa, la mujer de 69 años que fue hallada sin vida maniatada y amordazada, toma cada vez más fuerza una nueva hipótesis. El robo por la venta de unos animales existió, pero fue en enero y un allegado a la mujer sería el responsable.
La fiscal Martina Cedrés viajó el viernes al departamento Islas del Ibicuy y además de recorrer el lugar donde ocurrió el crimen, se entrevistó con varias personas de la zona que la ayudaron a conocer un poco más la vida y qué fue lo que sucedió con María Inés Basaldúa en su pequeño campo ubicado en inmediaciones del arroyo El Perico, en el camino a Sagastume.
Esta mujer fue encontrada el viernes 10 de mayo pasado, con sus manos atadas a la espalda con una especie de cable, con una mordaza que se habría logrado sacar de la boca y colgaba de su cuello. Estaba recostada sobre el piso, debajo de una galería y dentro de la vivienda había claros signos de que se había tratado de un robo. Estaba todo revuelto.
Su cuerpo presentaba signos de que llevaba en esa posición alrededor de una semana y sus propios perros habían dejado huella en el cadáver, por lo cual en la autopsia que se realizó el lunes siguiente poco se pudo obtener, debido a que no había órganos esenciales. Sólo algunos restos pudieron ser llevados a para un análisis anatomopatológico, pero no se esperan con optimismo esos resultados.
Mientras tanto, la investigación apuntó a que se trató de un homicidio en ocasión de robo. Hubo un allanamiento el sábado 11 en Ceibas, en la casa de un sobrino político de la mujer, de donde se llevaron teléfonos para ser peritados, pero no hubo detenidos. Luego, a mitad de semana, se detuvo a una pareja oriund de Ibicuy por falso testimonio, pero en principio estas detenciones tampoco inciden en el caso y luego de 48 horas recuperaron la libertad.
Se trata de un hombre de 42 años y de una mujer de 34, que fueron nombrados por testigos de que se habían enterado del crimen antes que la Policía descubriera el cuerpo el viernes 10 de mayo, y que incluso uno de ellos comentó a terceros que la mujer estaba maniatada. Este nivel de detalle obligó a la Fiscal a llamarlos a declarar y en esas declaraciones ante la funcionaria a cargo de la investigación uno informó que se enteró por el otro y ese otro declaró que se enteró el sábado, cuando la noticia ya había sido publicada.
Ahora, y tras el recorrido que hizo Cedrés por Islas del Ibicuy, toma más cuerpo la hipótesis de que el asesino era una persona allegada a Basaldúa, o por lo menos manejaba cierta información sobre la vida de la víctima y sus movimientos económicos. De aquí también resulta que estaría prácticamente confirmado que el dinero que la mujer obtuvo de la venta de unos animales nunca los percibió, es decir que fue estafada, y hay una persona allegada que se habría beneficiado, no solo con ese dinero sino también con su muerte.
De toda esta información que se ha recabado en las últimas horas en este caso que en principio se presenta de forma muy compleja por la idiosincrasia del lugar y de sus habitantes, se habría llegado a la conclusión que, en mayo, cuando esta mujer fue atacada y asesinada de una forma que aún no está clara porque la autopsia no lo pudo determinar, se simuló un robo y se montó la escena para que los investigadores orientaran el caso hacia otro lado, informa el diario El Argentino.
No se trató de un hecho “al boleo”. Hay una situación que está en pleno proceso de investigación y que puede originar nuevas directivas. La Policía ha sido orientada hacia estas hipótesis y con el correr de las semanas se podrían originar novedades.
El Argentino