Otro tema que genera incógnita es cuánto subirán los combustibles este fin de semana, siendo que ya se esperaba un alza de alrededor del 10% antes de la devaluación de los últimos cinco días.
La disparada del dólar abre interrogantes sobre todos los precios de la economía, y en particular, los de la energía porque están dolarizados. El tema más inmediato es cuánto subirán los combustibles este fin de semana, siendo que ya se esperaba un alza de alrededor del 10% antes de la devaluación de los últimos cinco días. El segundo es el de las tarifas de gas que se aplicarán desde octubre, para lo que hay audiencia pública el próximo martes.
Por el momento, el Gobierno no está dando señales a las empresas petroleras sobre el inminente aumento en los combustibles, ni tampoco hubo intervención oficial en relación con el precio del gas y la deuda que acumulan las distribuidoras con las productoras debido a que están pagando el producto a un tipo de cambio de $20,34, tal como lo abonan los usuarios en las tarifas, cuando por contrato deberían hacerlo al tipo de cambio del día anterior al pago.
La falta de negociaciones desde el Ministerio de Energía o desde el Enargas derivó en primer lugar en que las distribuidoras de gas estén presentando las propuestas de aumento, considerando que pueden trasladar todo el ajuste que les corresponde por la aplicación del índice de precios mayoristas (IPIM) sobre sus ingresos. Esto es más llamativo porque en julio la cartera energética les pidió a Edenor y Edesur que trasladaran al público solo la mitad del ajuste por inflación, y el resto lo postergaran para aplicar en cuotas a partir de febrero.
Como el IPIM tuvo un avance del 28,82% entre marzo y agosto, estimando un 3,5% para este último mes, por el ajuste por inflación de los ingresos de distribuidoras y transportistas, el aumento en la tarifa final por esos dos conceptos sería de alrededor del 15%.
Pero además hay que considerar el precio del gas que regirá desde octubre y la deuda por la diferencia de cambio entre abril y septiembre. Sumando todos los conceptos, Litoral Gas presentó ante el Enargas «cuadros tarifarios informativos a nivel referencial» que arrojan un incremento final de más del 50% en tarifa final para hogares, a un dólar ubicado entre $30 y $31, más de $8 por abajo del cierre de ayer.
La distribuidora le dio carácter sólo informativo a la espera de que el Enargas o el Ministerio de Energía definan si aceptan los últimos criterios propuestos por las petroleras. Estas quieren que las diferencias impagas para el gas entregado entre abril y septiembre se paguen en 24 cuotas mensuales, y que entre octubre y diciembre se lo haga a un dólar de $30 (ya imposible) y que a partir de enero se liquide cada cuota mensual al tipo de cambio vigente el día anterior a la fecha de pago.
Por otra parte, según la presentación de Litoral, las petroleras estarían dispuestas a rebajar el precio pactado para octubre-marzo a un promedio de u$s4, por debajo de los u$s5,20 acordados siguiendo la tablita de Juan José Aranguren, pero por encima de la aspiración que dejó trascender el ministro Javier Iguacel de llevar el precio a u$s3,60 para el período de menor consumo de primavera-verano.
Esto implica que ya antes de la devaluación de la última semana, las tarifas de gas debían subir más del doble de lo prometido por Iguacel, quien estimó que el alza de octubre no superaría el 25%.
La incógnita es qué pasará en la audiencia pública del martes en Capital Federal. Si hasta entonces el Gobierno no encara negociaciones con las petroleras por el precio del gas y por la deuda, las distribuidoras tendrán que presentar cuadros tarifarios tentativos ya con el tipo de cambio por encima de $40, lo que llevaría el aumento para los usuarios a más del 65%.