Las tres primeras audiencias se vivieron de manera muy particular, sobre todo las del lunes y martes, que la tuvieron a Nahir Galarza sentada dentro de la sala. Esos días se pudo distinguir la tensión que había en el ambiente porque tras su ausencia del jueves, el clima fue totalmente diferente.
Es que la joven de 19 años se llevó todas las miradas del público, que estaba pendiente de lo que hacía mientras se tapaba el rostro con su rubio pelo. Querían saber si sonreía, lloraba o qué pasaba por su cabeza. ¿Había arrepentimiento? ¿Brindó alguna señal de arrepentimiento? La respuesta es obvia, e incluso se animó a gritarle “mentirosa” a la madre de Fernando Pastorizzo cuando contaba lo que sabía de la relación que mantenía víctima y victimario.
Gustavo Pastorizzo, el padre de Fernando, también declaró ante el Tribunal, pero no brindó mayores datos a lo que públicamente ya se sabía. Ambos padres relataron sobre el viaje de su hijo a Río de Janeiro en el verano de 2016/17, que desconocían con quién había viajado y que fue por los medios que confirmaron que había ido con los Galarza.
El martes se escuchó la declaración de siete amigos de Fernando, tres de ellos del círculo más cercano a la víctima, con quienes compartía sus salidas y confidencias. Pero más allá de que todos ellos sabían de la existencia de Nahir Galarza en su vida desde hacía más de tres años, ninguno se animó a decir que entre ellos había una relación de noviazgo, sino que “iban y venían” continuamente.
El jueves fue el turno de la esperada Sol Martínez, la amiga de Nahir Galarza a quien señalaban de ser la otra persona que golpeó a Fernando Pastorizzo la mañana del 25 de diciembre a la salida del boliche. La joven de 19 años, radicada en Concepción del Uruguay, confesó haber sido quien le pegó a Pastorizzo dentro del boliche “una piña en el ojo derecho”, pero negó haberlo agredido pegado junto a su amiga en la casa de la imputada, como todos referían.
Así pasó la primera semana del juicio, con muchos momentos de tensión, de dolor y de mucha atención en lo que tenían para decir cada uno de los testigos que fueron llamados a declarar. (El Día)