Rubén Gualdoni, quien tras sufrir dos accidentes cerebro-vasculares (ACV), en marzo y en Semana Santa, se vio imposibilitado de seguir como remisero, actividad laboral que desempeñó durante 15 años- precisa con urgencia de la mano solidaria de las autoridades o vecinos. Su prioridad es la conseguir un techo donde poder alojarse, ya que, al no poder trabajar, no cuenta con otro ingreso económico para afrontar un alquiler.
De acuerdo a lo expuesto, él tiene pago hasta este domingo 20 una habitación en calle Nadal Sagastume 351. Pero su deseo es no quedar en la calle. Y, para ello, necesita de tan solo un espacio, donde ubicar su cama y televisor, y poder recuperarse, descansar y llevar adelante su rehabilitación.
Si bien no puede conducir vehículos, por perder la sensibilidad del lado izquierdo, está dispuesto a hacer mandados, cuidar casas o negocios, ya que puede caminar.
Como tiene una leve pérdida del equilibrio, se desenvuelve y apoya con un bastón. Al parecer, “el ACV, que no te avisa para prevenirlo”, se habría desencadenado ante un golpe de presión por la acumulación de estrés.
Hace aproximadamente 2 años y medio que vive en el barrio María Auxiliadora en compañía de vecinos muy buenos con él. En ese sentido, hizo un especial reconocimiento a la segunda jefa de la Comisaría 2ª, Miriam Violaz, y a la vecina Silvina Montanari.
En las últimas horas, Rubén recibió la visita de una asistente social, quien se interiorizó sobre los controles médicos y la provisión de los remedios. Además, está pensado pedir una junta médica para que se le diagnostique el grado de incapacidad.
Quienes puedan tenderle una mano, podrán comunicarse con el celular 154 16480. (La calle)