Mauro Notari y Natalia Burgos, de la organización no gubernamental (ONG) Usuarios y Consumidores Unidos (UCU), se entrevistaron con los vecinos de las 50, 54 y 150 viviendas, inauguradas a fines de 2017, en el suroeste de Concepción del Uruguay, tras recibir quejas sobre fallas en su construcción. El encuentro se concretó en un predio al aire libre ubicado en la intersección de las calles públicas 2.114 y 2.109.
Previamente se los informó e invitó a la reunión, a la que concurrieron más de 13 familias. Tras distribuirse las planillas, para que se completaran con los datos de los asistentes y especificaran los desperfectos, se escucharon así los testimonios particulares, que aludieron a problemas de fisura y humedad ante el tratamiento del galvanizado de los techos (filtraciones de agua) como falsa cuadra (las casas no se habrían construido conforme a lo establecido por los planos), entre otros desperfectos. Los afectados dijeron que efectuaron varios reclamos ante el Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda (IAPV), sin haber encontrado aún una respuesta efectiva y sólida respecto de la problemática con la conviven en la cotidianidad.
También se les hizo saber cuáles son sus derechos y las herramientas con que cuenta la ONG para tomar cartas en el asunto.
Como hubo muchos vecinos que no pudieron asistir, pero cuyos problemas –según de anticipó- “son aún más graves”, se estableció concretar un nuevo encuentro, ampliado, para hoy, a las 20:00, en el mismo lugar.
Se llevarán así más planillas y poderes, para que los frentistas los presenten y firmen en Tribunales, elemento ese último que se empleará para remitir una carta documento al Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda (IAPV), a los fines que se dé “una inmediata solución al problema”.
En el caso de las familias que no puedan asistir al encuentro, podrán hacerlo, luego, concurriendo a las oficinas situadas en Belgrano 1.101, o comunicándose con los celulares (03442) 154 55158 ó 155 89332, siendo la consulta totalmente gratuita.
Desde UCU se reflejó el orgullo por intentar “dar una mano a las familias, amparadas por la ley de defensa del consumidor, y construir para que se ponga un alto al avasallamiento de sus derechos, más aún de las que viven en los barrios más alejados”. (La calle)