Se reglamentó la norma nacional N° 27.420, que especifica los usos de este dispositivo, que en su apariencia es similar al blanco y el verde.
Con la publicación en el Boletín Oficial de la ley 27.420, quedó reglamentada la semana pasada el uso del bastón rojo y blanco «como instrumento de orientación y movilidad» para las personas con sordoceguera. Al ponerse en práctica la iniciativa, las personas con esta condición podrán ser identificadas en la vía pública a través del bastón que lleve estos colores, el que «tendrá iguales características en peso, longitud, empuñadura elástica, rebatibilidad y anilla fluorescente que los bastones blancos utilizados por las personas ciegas», se informa en el articulado de la norma.
Este bastón es considerado como elemento o instrumento de apoyo para las personas con esta discapacidad y su cobertura será obligatoria para los servicios públicos de salud y las obras sociales, según se estableció en el texto firmado por la presidenta del Senado, Gabriela Michetti, y el de Diputados, Emilio Monzó.
A su vez, se facultó al gobierno nacional a implementar «una masiva campaña de difusión nacional acerca de las ventajas de la utilización del bastón rojo y blanco para las personas con sordoceguera y de su significado para comprensión de toda la ciudadanía».
Claudia López es docente en la escuela integral para ciegos Nº 1 Helen Keller, en Paraná, y señaló que en la actualidad no hay mucha información sobre este tema, y destacó que se inicie una campaña que dé a conocer las características de este instrumento. «Hay aspectos de la discapacidad visual que están muy escondidos todavía. Además del blanco y del verde, el blanco con rojo existe desde hace bastante, pero se desconoce todavía», dijo a UNO.
Si bien en la institución donde trabaja no hay alumnos sordociegos, comentó que en Entre Ríos hay casos de personas adultas que tienen este tipo de discapacidad, y explicó: «Los bastones sirven para que puedan desplazarse con seguridad aplicando técnicas específicas que se enseñan en el área de Orientación y Movilidad de las escuelas especiales para ciegos y o disminuidos visuales».
La docente destacó que la diferenciación que se hace a partir del uso de los distintos bastones es importante: «Natalie Barraga, doctora en Educación en Estados Unidos, fue procuradora de programas en cuanto al desarrollo de la eficiencia en el funcionamiento visual, ya que antes se etiquetaba a las personas con un resto visual como ciegas. Gracias a ella cambió ese paradigma y nosotros en la escuela usamos y aplicamos esos programas».
«Los bastones sirven para identificar a las personas según su condición visual. El verde, creado en 1994 por la profesora argentina para ciegos y disminuidos visuales Perla Mayo, se utiliza para identificar a las personas con un resto visual, y la idea es estimular y rehabilitar ese resto visual mediante recursos convencionales y diversos objetos para que de alguna forma aprenda a ver», manifestó.
López reflexionó sobre los beneficios de los recursos con los que se cuenta hoy en día, pero aclaró: «Si bien hoy en día hay muchos recursos tecnológicos nuevos innovadores, a la vez son inaccesibles para una gran parte de niños, jóvenes y adultos con baja visón». En este contexto, destacó el rol de la escuela para que un niño, un joven o un adulto pueda desarrollarse: «Desde la escuela se enseña todo. Se trabaja con el niño como un sujeto en general, respetando su condición, sus características y su historia de vida, para que junto con la familia pueda llevar cabo un plan de actividades para potenciar sus capacidades, como así también procuramos la adquisición de habilidades de la vida cotidiana con las que se va a encartar en el entorno que lo rodea. Estamos hablando aquí de aprender a usar del bastón, ya sea blanco, blanco y rojo, o verde. El área donde se enseña esta práctica es Orientación y Movilidad, y cada bastón es adaptado a la edad, la altura, y su uso se enseña desde el inicio de la edad escolar».
Concientizar es clave
Raquel Marcoantonio es la fundadora de la fundación Jardín Florido, que brinda atención y contención a personas con discapacidad visual, y además es la presidenta del club de Leones Paraná Parque Urquiza, donde llevan adelante el programa Primero la Vista, a partir del cual impulsan campañas y acciones para prevenir y atender los problemas visuales en la población.
Al igual que la docente Claudia López, opinó que no hay difusión respecto al uso del bastón blanco y rojo, y destacó que es importante concientizar a la población sobre su significado, al igual que el del blanco y el del verde. «Hace unos años estuvimos trabajando con la Defensoría del Pueblo en este aspecto para dar a conocer los alcances del bastón verde, para que la gente sepa de qué manera puede ayudar a quien lo porta. Lo mismo ocurre con quien utiliza el bastón blanco».
Por otra parte, subrayó el hecho de que las obras sociales reconozcan las importancia del uso de estos dispositivos y que brindan cobertura para que quien lo necesita lo pueda adquirir: «También en el Club de Leones o en la fundación Jardín Florido tratamos de conseguirle alguno a las personas que no lo pueden comprar, ya que es costoso, y vale entre 1.000 y 1.500 pesos», especificó.
Usos
Hay tres modalidades de bastón que utilizan las personas con alguna discapacidad visual, según su condición, y conocer su significado es importante.
El bastón blanco y rojo fue establecido por Federación Mundial de Sordociegos (World Federation of the Deafblind-WFDB) como el símbolo que identifica a las personas con sordoceguera.
El bastón blanco es el que ayuda a las personas no videntes a moverse por la ciudad y al mismo tiempo las identifica y permite que otras personas puedan ayudarles cuando lo necesiten.
El bastón verde funciona para identificar a la persona que tiene baja visión, aquella que tiene entre un tercio y un décimo de la visión normal o un campo visual igual o menor de 20° (lo normal es 180°). En algunos países de Latinoamérica también se utiliza el bastón amarillo como sustituto del blanco y en otros casos, del verde. (UNO)