Por estos días la comunidad comenzó a movilizarse en un acto de rebeldía por el impuestazo que quiere cobrar la provincia y el Municipio.

Una vez más somos víctimas y cómplices de la mentira populista, votamos al político que nos promete más Estado presente, más gratuidad en los servicios, pero en el fondo, nada es gratis, siempre alguien tiene que pagar lo que se brinda desde un Estado cada vez más elefantiásico.

Es así que se profundiza la verdadera grieta en la sociedad: los que viven pagando los delirios de los políticos que solo piensan en acumular poder, y aquellos que disfrutan de los beneficios.

La gente quiere más Estado, pero luego no lo quiere pagar. El político que pergeño la mentira no quiere dar marcha atrás, no quiere perder popularidad y continuará con su engaño populista, de subsidios para todos, playas gratis para todos.

Con el tiempo las tasas son tan altas que la morosidad aumenta. El año pasado la recaudación por tasa de comercio bajó un 40 por ciento en la ciudad. Las cuentas públicas terminan siendo deficitarias, y la única salida para equilibrarlas, si no se quiere ajustar el gasto público, será siempre el endeudamiento.

Esta es la triste realidad que se vive hoy en nuestra ciudad, en la provincia y en el país. En el Municipio el gasto público no paró de aumentar desde el 2016. El intendente Martín Piaggio recibió en 2015 el municipio con cinco secretarías y 1180 agentes.

Piaggio terminó su primer mandato con 1408 empleados, creó la sexta secretaría, la de Poder Popular, e incrementó un 20 por ciento el plantel laboral, en un municipio en donde el incremento salarial obtenido en un año por el Sindicato de Empleados Municipales, se traslada automáticamente al año siguiente en el incremento de tasas.

En el segundo mandato, se creó la séptima secretaría, la Desarrollo Económico, para entre otras cosas coordinar las actividades del Buró Productivo que desde que se creó por ordenanza en agosto del 2018, no logró generar ni un solo puesto de trabajo con inversión privada.

También encierra el Parque Industrial Municipal, para sentar las bases de un modelo productivo de trabajo físico repetitivo que ya está muriendo, y nos costará millones de pesos poder dotar el predio de seis hectáreas con todos los servicios.

El trabajo del futuro es el valor agregado del cerebro. Tendríamos que preocuparnos de que todos los chicos que terminen la secundaria sepan hablar inglés a la perfección, porque ellos trabajarán para el mundo, gracias a los adelantos tecnológicos que permitirá la Internet 5 G.

Hoy nuestro mundo gira a través de nuestro celular, ya ni siquiera necesitamos tener un reloj despertador o un GPS. La inversión municipal para el desarrollo debe apuntar a la generación de la industria del conocimiento, con el fin de apuntalar el desarrollo de nuevas aplicaciones y a la formación del emprendurismo, para que cuando nuestros jóvenes terminen la secundaria puedan saber cómo crear y mantener una empresa.

Ante los problemas cotidianos que nos agobian no nos estamos dando cuenta, que la administración Piaggio lentamente nos está llevando a la “chavización”  de nuestro sistema de vida.

A lo largo de su gestión hemos visto un ataque sistemático a la propiedad privada, en nombre de la justicia social y la igualdad.

La propiedad privada es una forma de disponer de los frutos del trabajo de un individuo, y si éste no puede disponer de la propiedad, tampoco se podrá disponer de los mecanismos que sustentan la vida de una persona. Es por eso que en aquellos países en donde no se respeta el derecho a la propiedad, no se respeta el derecho a la vida.

El ejemplo más cercano a todo esto es Venezuela. Con el famoso ¡Exprópiese! La tasa de capitalización bajó haciendo más miserable la vida de los trabajadores al ver caer sus salarios. Los sectores más productivos y de mayor concentración de conocimiento se fueron del país.

La historia universal demuestra que el ataque sistemático a la propiedad privada solo lleva inexorablemente a un camino: el genocidio.

Venezuela es el país con la mayor inflación del mundo, viven sobre un mar de petróleo, pero el peso promedio de la población bajó por la falta de una adecuada nutrición y más de 4 millones partieron de su amada patria sin saber si algún día podrán regresar.

Usted Piaggio nos está haciendo vivir una mentira y “cada mentira que contamos es una deuda con la verdad, hasta que la verdad estalla”, dijo Valeri Legásov el científico soviético quien alertó sobre un fallo de diseño en los reactores en la planta que causó el accidente de Chernóbil.

Hoy nuestra verdad comienza a revelarse. No nos lleve a los años 70 y a los sueños revolucionarios fracasados. La única revolución que debemos  hacer los argentinos es la revolución del respeto hacia la ley.

POR DIEGO ELGART (EL ARGENTINO)

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