El acusado había salido en febrero de prisión por un hecho similar.
Este miércoles por la mañana se realizó la primera parte de un Juicio de Trámite Abreviado por el Robo Agravado por el uso de Arma cuya aptitud para el disparo no pudo ser probado.
Se trata de de Alfredo Alexander Soto de 26 años de edad, un joven correntino que había terminado cumplir una pena por un hecho similar en la UP3 de Concordia el pasado mes de febrero y el 9 de marzo incurrió en el mismo delito en nuestra ciudad. El negocio víctima fue una verdulería ubicada en calle Mitre y bulevar Constituyentes, el pasado 9 de marzo del presente año. Alrededor de las 14:30 horas se encontraba atendiendo al público la dueña del negocio, cuando ingresó el mentado Soto quien pidió un kilo de naranjas y 2 bananas. Cuando llegó el momento de abonar la mercadería, sacó un arma con la que intimidó a la mujer y la obligó a entregarle el dinero de caja unos 2000 pesos y un celular de su propiedad tras lo cual huyó.
Radicada la denuncia, la policía llegó hasta Soto a quien le encontraron la vestimenta que tenía puesta ese día y las zapatillas. Además había quedado registrado en las cámaras del local. No fue hallada el arma utilizada por lo que no pudo probarse si la misma era apta para disparar o no.
El acusado reconoció haber sido autor del hecho y aceptó la pena de 3 años y 3 meses de prisión solicitada por la fiscal María Occhi y por la defensora oficial María Alejandrina Herrero. El Tribunal integrado por los jueces de cámara Rubén Chaia, Mariano Martínez y Fabián López Moras, decidió pasar a cuarto intermedio hasta el día 29, cuando dará a conocer si homologa el acuerdo celebrado entre las partes.
Un consejo acertado
Algo para destacar fue el consejo del presidente del Tribunal, doctor Chaia al acusado, en el sentido de que aproveche los talleres y posibilidades de estudio que brinda la UP4 a sus internos, para que cuando salga tenga herramientas para integrarse a la sociedad y no vuelva a incurrir en hechos delictivos como los dos mencionados, puesto que a un mes o menos de concluir una condena, volvió a delinquir. (La calle)