El lunes, martes y miércoles serán las últimas tres audiencias que en principio se habían fijado para desarrollo normal del debate. El martes finaliza la Fiscalía con su prueba y ese mismo día comenzarían a transitar los testigos convocados por la defensa. La semana próxima se realizarán los alegatos.

Era uno de los juicios más esperados por la opinión pública, pero lógicamente pasó casi desapercibido para muchos luego de la decisión judicial de dejar afuera a la prensa para seguir el día a día de este debate que entra en su última etapa.

Desde el 1 de abril y a lo largo de tres audiencias por semana, el Ministerio Público Fiscal desarrolló su acusación de corrupción de menores y promoción de la prostitución contra Gustavo Rivas. Un promedio de seis testigos por audiencia, pasaron ante el Tribunal de juicios y Apelaciones de Gualeguaychú, que en esta oportunidad preside Alicia Vivian y la acompañan los vocales Mauricio Derudi y Arturo Dumón.

Rivas fue imputado de 12 casos, pero apenas iniciado el juicio, el defensor Raúl Jurado planteó la prescripción de dos de ellos porque fueron hechos supuestamente cometidos en 1975 y 1977, y tras analizar las particularidades, el Tribunal entendió dar curso a la requisitoria porque sucedieron con anterioridad a que Argentina se suscriba a las convenciones internacionales, como los son la Convención Americana de los Derechos Humanos y la Convención de los Derechos del Niño.

Fue en la primera audiencia que el imputado rompió el silencio. Lo hizo fuera de tribunales ante la prensa y luego en el recinto, donde tuvo su oportunidad de defenderse luego de no hacerlo –por decisión propia y estrategia judicial – en cada una de las siete veces que fue citado a indagatoria. Sobre ello respondió: “había tanta truchada e invento y declaraciones falsas que si yo puntualizaba en todo eso terminaba avivando giles y entonces podían ocurrir dos cosas, que esos denunciantes o testigos emprolijaran su declaración o bien que presentaran testigos nuevos con declaraciones ya emprolijadas en base a mis observaciones; entonces opté por callarme la boca  y dejar que sigan macaneando”. Agregó: “Evidentemente alguien los ha envalentonado (a sus acusadores) en presentarse a declarar. Hay declaraciones que son absolutamente falsas que son tan impresentables que son una mofa a la Justicia”.

Prácticamente no se ha podido saber absolutamente nada del juicio. La mordaza judicial ha sido respetada por todos los actores que intervienen en el debate, pero ElDía pudo saber que durante el transcurso de este juicio, en la segunda semana, sucedió un caso que pudo haber finalizado con Rivas preso.

Una supuesta víctima, que hasta ese momento no había declarado en el juicio, recibió un papel en su casa con la declaración que había realizado en la etapa investigativa, en donde se remarcaba subrayado y con negrita las contradicciones que tenía con otra víctima durante sus visitas a la casa de Rivas.

El hombre, asustado por el temor a que se le considerara un falso testimonio su palabra, se comunicó con la Fiscalía y llevó inmediatamente lo que a su entender era una prueba de que estaba siendo intimidado. El Ministerio Público y los querellantes también consideraron que se trataba de una violación al riesgo procesal y por ello se solicitó una audiencia ante los miembros del Tribunal para requerir la prisión preventiva del acusado.

La Fiscalía presentó la prueba que había recibido la víctima, con las supuestas contradicciones que tenía con otro, y junto a los querellantes se reforzó la idea del riesgo procesal, que argumenta la moción de la prisión preventiva, donde se explicita que el acusado puede entorpecer el normal desarrollo de la causa. Incluso el abogado defensor, Raúl Jurado, en su alegato dijo que se trataba de un error fáctico y que en todo caso se le dictara una prisión domiciliaria. Pero los jueces consideraron que no estaba acreditado que fuera Rivas el responsable de la acción intimidatoria.

El martes finalizarían los convocados por la Fiscalía y comenzarían a llamarse los citados por la defensa de Rivas. La última audiencia se realizaría el miércoles, con más presencia de testimoniales a favor del acusado, y tras ello los jueces dispondrían de la fecha para la audiencia de los alegatos.

En ese encuentro se efectivizaría el pedido de prisión de 25 años de prisión que realizará la Fiscalía por la totalidad de las víctimas y de 7 años que harán cada uno de los querellantes en representación de sus respectivas víctimas. Luego de escuchar el pedido de absolución que seguramente hará Raúl Jurado, que en más de una ocasión ha dicho que todo esto es un circo y que Rivas es inocente, el Tribunal fijará para una semana después la audiencia de adelanto de veredicto y de no resultar imprevistos, esto sucedería la segunda semana de mayo.

Carlos Riera, ElDía.

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