Pasaron dos semanas de la evasión del peligroso delincuente uruguayo preso en la Unidad Penal 2, Rubén Alejandro Rodríguez de Armas, y es una incógnita qué fuerza lo está buscando. Ni Prefectura, ni Gendarmería, ni la Policía de Entre Ríos tienen abiertas investigaciones para dar con el paradero. El Juzgado Federal hace silencio y la Policía Federal también.
Existe una orden de captura internacional para Rodríguez de Armas, quien habría escapado en dirección a la ciudad de Colón según refiere un remisero que declaró en la causa que investiga la fiscal Lucrecia Lizzi, que tiene a su cargo establecer las formas y circunstancias en que este peligroso delincuente evadió la custodia de la cárcel de máxima seguridad de Entre Ríos. Pero lo que es una incógnita es qué fuerza de seguridad está tras los pasos de este hombre.
Según pudo saber ElDía, ni la Policía, ni Gendarmería, ni Prefectura de Gualeguaychú tienen abiertas investigaciones para dar con el paradero del delincuente que estaba a días de ser extraditado a Uruguay. Se estima, que por tratarse de un delincuente que fue detenido en medio de un gran operativo que realizó la Prefectura en Gualeguaychú, las actuaciones estarían bajo la órbita del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, y por descarte la Policía Federal debería estar tras los pasos, pero ni esta fuerza ni la Justicia confirmaron esto.
Por el momento, lo que sí está confirmado, es que el trabajo de la Justicia ordinaria está abocado a establecer responsabilidades del Servicio Penitenciario de Entre Ríos en la evasión del preso y si hubo negligencia por parte de las autoridades y del personal que debía estar de custodia. Pero la fiscal Lizzi no tiene a su cargo ninguna investigación abierta para dar con Rodríguez de Armas.
La Policía de Entre Ríos tampoco lo busca directamente. Toda la provincia está advertida sobre la fuga de Rodríguez de Armas y el grado de peligrosidad que representa; pero en principio la única alternativa que habría para detenerlo es, si por casualidad, es localizado en algún operativo en ruta, o algo similar. Lo mismo para Gendarmería.
Prefectura realizó allanamientos 48 horas después de haber escapado, pero tras ello no han recibido nuevas órdenes.
Lo que ocurrió en Gualeguaychú es un papelón nacional. Uno de los presos más buscados por la Justicia de Uruguay había sido atrapado en Gualeguaychú el 1 de junio de 2018 en un despliegue que realizó la Prefectura, que culminó con seis detenidos en cinco allanamientos. Pero menos de un año después, el sábado 30 de marzo a las 11.30, Rodríguez de Armas escapó.
Lo increíble del caso es que toda la secuencia quedó grabada en las cámaras de seguridad. Tuvo acceso a la cocina y de allí, tras romper un candado, salió a un patio interno y luego de trepar una reja alcanzó el muro perimetral y escapó por calle Tala. Por allí lo pasó a buscar un auto 20 minutos después.
Sin dudas que hubo un trabajo de inteligencia que permitió el escape. No se trató de un arrebato inconsciente del preso que tuvo un resultado efectivo, sino que contó con ayuda externa y posiblemente interna. Pero todo esto, por el momento, sigue siendo un misterio.
A días de la extradición
El 10 de septiembre del 2018 se había realizado en Concepción del Uruguay el debate por la extradición de Rodríguez de Armas, que en ese momento era considerado prófugo de la Justicia uruguaya.
Es uno de los integrantes de “La Banda de los Uruguayos”, una asociación ilícita dedicada al tráfico de estupefacientes, falsificación de moneda y lavado de activos, al que se lo procesó por el uso de documento público adulterado o falso de los destinados a acreditar la identidad de las personas.
La extradición de Rodríguez de Armas fue solicitada por el Juzgado Letrado de Primera Instancia de Ejecución y Vigilancia de Cuarto Turno de Montevideo, República Oriental del Uruguay, luego de que se fugara, el 13 de abril de 2018, del Establecimiento de Reclusión Unidad Penal N°4 “Santiago Vázquez”, donde debía cumplir una condena única de 30 años de reclusión, en virtud de la sentencia dictada en su contra el 7 de abril de ese mismo año, es decir una semana después de escuchar la condena.
La jueza uruguaya requirió la extradición del hombre e hizo saber a las autoridades argentinas las distintas causas seguidas contra Rodríguez de Armas, por los delitos de hurto agravado, rapiña, copamiento, homicidio en grado de tentativa, homicidio muy especialmente agravado y privación de libertad muy especialmente agravada.
Cuatro días después de esta audiencia se leyó la sentencia que dio curso a la extradición, la cual se iba a cumplir en abril de este año.
Un poco de historia
Rodríguez De Armas carga con dos muertes y dos fugas de penales, uno en Montevideo y el otro en Gualeguaychú. En Uruguay escapó del módulo 9 de la cárcel de Santiago Vázquez (ex Comcar). Este módulo 9 es uno de los más peligrosos del centro penitenciario montevideano y era el lugar donde Rodríguez De Armas había llegado en 2017. Hasta ahí fue trasladado desde el Penal de Libertad, donde cobró notoriedad tras asesinar de varios disparos a otro recluso, Néstor Otero Peña, conocido como “El Rambo”.
Otero Peña era compañero suyo en la misma banda delictiva y trabajaba en la huerta de La Isla, como se le conocía a la zona dedicada a presos de alta peligrosidad y amenazados de muerte. A las 11.20 de la mañana del 11 de abril de 2011, Rodríguez De Armas saltó el cercado perimetral de la huerta y disparó cinco veces su arma ante la mirada atónita de cuatro efectivos policiales.
Sin embargo ese no fue el primer homicidio de Rodríguez De Armas. En febrero de 2001 asesinó a Pablo Toledo, quien también estaba preso junto a él en el penal de Libertad, en Uruguay. Y por si fuera poco, también lideró un motín en ese Penal.
Si bien los antecedentes más importantes refieren a que se trata de un doble homicida, Rodríguez de Armas es sobrino de uno de los pioneros del narcotráfico como actividad de crimen organizado en Uruguay. De hecho, participó de actividades como el robo de autos para ser canjeados por drogas en Paraguay.
Carlos Riera, ElDía.
