Las prepagas perdieron más de 200.000 afiliados durante el año pasado

Proyectan para 2019 una reducción del 2,5%: otros cerca de 200.000 abandonos netos. Aunque aclaran que, si el dólar se dispara y la caída del empleo se acentúa, podrían ser todavía más.

Ante las repetidas subas en las cuotas y los efectos de la recesión, cientos de miles de familias del país no tuvieron más opción que resignar la cobertura de medicina prepaga que tenían contratada. Eso se expresó en dos fenómenos. Por un lado, se dispararon los pedidos de bajar a los planes más económicos y por otro, entre los que ya tenían coberturas de las más básicas, la opción creciente fue pedir la baja para regresar a la obra social o al hospital público.

La situación se fue agudizando con los últimos aumentos de cuotas. El más reciente, vigente desde febrero, fue del 5% y había estado precedido en 2018 por otros del 8,5% en diciembre, del 8% en octubre, del 7,5% en agosto y en junio, y del 4% en febrero. Así, los pagos actuales ya son 42,1% mayores a los de hace 12 meses.

Además, cuando se aplique el ajuste del 7,5% ya autorizado para mayo, el alza interanual será del 53,5%. En una prepaga líder, el costo de un plan básico sin copagos para un joven soltero superará así los $ 4 mil, cuando un año atrás era de $ 2.619. Y una familia tipo que 12 meses antes abonó 11 mil deberá pagar desde mayo unos 17 mil por igual cobertura. Montos que, para 7 de cada 10 afiliados, son inferiores porque acceden derivando aportes o por vía corporativa.

Si se analizan los últimos 36 meses, las cuotas ya subieron 155,5%, casi como la inflación general que mide la Ciudad de Buenos Aires (156,8%). Pero los salarios se actualizaron muy por debajo de esos números (122,8%), según los últimos datos del Indec sobre los trabajadores registrados.

Es esa pérdida de poder adquisitivo la que disparó la sangría de afiliados. Un informe de la consultora Claves, al que accedió el diario Clarín, recuerda que las prepagas venían ampliando año a año su padrón de afiliados desde 2010. En cinco años, destacan, el crecimiento había promediado el 3,1% anual, y llegaron a 2017 con más de 7,8 millones de beneficiarios. Pero la tendencia ya se revirtió.

Según el estudio, 2018 cerró con «unos 200 mil afiliados menos», lo que equivale a 22 bajas por hora. Y proyectan para 2019 una reducción del 2,5%: otros cerca de 200.000 abandonos netos. Aunque aclaran que, si el dólar se dispara y la caída del empleo se acentúa, podrían ser todavía más.

«La gran causa es la caída del empleo privado registrado que empezó en el segundo trimestre de 2018. En el último año, las empresas hicieron un gran esfuerzo en el diseño de ‘planes red’, de bajo costo, para tratar de retener afiliados. Sin esa reacción, la caída habría sido aún mayor», considera Daniel Ripari, director de Análisis Competitivo de Claves.

Clarín

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