Una alumna de segundo año del instituto José María Bértora de Gualeguaychú se negaba a recibir Educación Sexual Integral (ESI). Cuando se convocó al padre, el hombre se dirigió hacia el docente y lo golpeó en la boca.
Todo sucedió entre las 11.15 y las 11.50, en el módulo de música. Se debía realizar un trabajo sobre la proyección de la película «Plegarias para Bobby» que se había hecho la semana antes, en el marco de la ESI. El film está basado en hechos reales, ocurridos a mediados de la década del setenta, en donde el protagonista es un joven gay que se suicida a causa de la intolerancia religiosa de su madre y de la sociedad que lo rodea.
Esto no tuvo buena recepción en una de las alumnas, que se negaba a tratar los temas relacionados a la Enseñanza Sexual Integral. La ESI es una Ley Nacional que se aplica rigurosamente en todas las escuelas. No es una decisión del docente instrumentarla o no y de los alumnos recepcionarla o no, como ocurrió años anteriores, sino que es algo transversal a todos los niveles de enseñanza.
La adolescente de 14 años se negaba completamente a realizar el trabajo práctico y cuando se lo manifestó al profesor de música, el docente le explicó que debía justificar por escrito los motivos por los cuales no lo iba a hacer. La joven aducía que los padres no pagaban una cuota para que fueran a hablar de eso en la escuela y menos en el horario de música.
La discusión se fue tornando cada vez más fuerte y en el medio la adolescente estalló en un ataque de ira, y requería abandonar el aula. El docente de 30 años se lo impidió, colocándose delante de la puerta, por temor a lo que pudiera hacer la menor. Además el establecimiento educativo tiene una responsabilidad social mientras el alumno no es retirado por un tutor.
Pero la adolescente logró escapar del aula cuando dos de sus compañeras salieron para ir al sanitario, y los docentes que estaban a cargo del trabajo práctico la siguieron y se encontraron con ella en la rectoría. Ante las autoridades escolares expusieron los puntos de conflicto y se le explicó que la ESI era algo que excedía a los responsables de la escuela.
Tras esto se decidió llamar a los padres de la menor, principalmente para que concurrieran a calmarla por el estado en que se encontraba. Mientras se esperaba por la llegada, los docentes volvieron a la rutina con el resto de los alumnos.
Cuando el padre arribó a la escuela, la menor le dijo que el docente le había impedido salir del aula y que la había tomado de los brazos. Al escuchar sólo una campana, el hombre le pidió a su hija que lo llevara hasta donde estaba el profesor de música y después que la joven se lo identificó, el robusto agresor no dudó en golpearlo sin mediar ninguna palabra, describe el diario El Día.
El docente cayó al piso, golpeó su columna contra unas sillas y antes de que su agresor intentara atacarlo nuevamente, el resto de los profesores lograron retirarlo del lugar. Luego llegó una ambulancia para la atención de la víctima y posteriormente, por decisión institucional, lo acompañaron a Tribunales a radicar la denuncia.
Ricardo Luciano, apoderado legal del club Central Entrerriano, y por ende del Instituto José María Bértora, se refirió al tema y prefirió hacerlo de forma cauta: «Lo que pudo haber sucedido o no, está en manos de las autoridades correspondientes». (El Día)