Comenzó el juicio que tiene como imputado a Alejandro Martín Schmidt de Robo Calificado en Grado de Tentativa. En su alegato de apertura el fiscal Fernando Martínez Uncal acusó al hombre de 30 años de edad, de haber ingresado pasada la medianoche del 22 de enero del año 2017 en compañía de Misael Gallay alias “Michel” a la finca ubicada en Colonia 3 de Febrero entre el camino que lleva Colonia la Suiza y Villa Elisa y de haber intentado asaltar a Roberto Charrier, un ganadero de la zona. En el hecho Gallay, de la misma edad que el acusado, resultó muerto y, según las pruebas colectadas por la Fiscalía, Schmidt huyó del lugar. El fiscal adelantó que cuenta con pruebas suficientes como para solicitar la pena en el tercer tercio de la figura penal que contiene al delito cometido.
Por su parte el defensor particular Arturo Martínez Piñón, alegó que su defendido no estuvo en el lugar de los hechos, que no había sido reconocido por la víctima y que deberá ser absuelto.
Declaraciones del acusado
El presidente del Tribunal, Mariano Martínez, preguntó al acusado si iba a declarar. Este respondió en forma afirmativa y relató ante preguntas del fiscal, que ese día había estado en la casa de “Michel” en Villa Elisa, que habían ido al balneario y que luego, por la noche, este lo llevó a la casa de otro amigo donde permaneció hasta el día siguiente cuando lo llevaron a la terminal para que tomara un remise rumbo a Villaguay. Dijo que se enteró de la muerte de su amigo por las noticias y que la madre de Gallary había llamado a la suya. Enterado de que lo buscaban, su madre lo acompañó a Tribunales. En cuanto al calzado que había usado ese día dijo que había usado zapatillas y alpargatas, pero que en el auto había un par de ojotas. Negó asimismo poseer un celular.
Declara la víctima
La víctima Roberto Víctor Charriere, un modesto ganadero de Colonia 3 de Febrero, declaró que esa noche “me encontraba descansando, cuando la luz de una linterna me alumbró la ventana. Una voz me dijo que era la policía. Entonces me vestí, prendí la luz de la casa; afuera no tengo”. Según su relato, los intrusos estaban del otro lado de un alambrado que separa su casa del resto del terreno y que solo podía ver a uno de ellos. Este “me preguntó si me faltaban animales. Le dije que hasta esa tarde no. Me preguntó si había vendido animales. Le contesté que no. En eso apareció otro que habría estado oculto y me dijo que era un asalto. Cuando me dijo eso “disparé” para la casa y sonó un disparo. Entré a la casa y tomé la escopeta que tengo en la puerta de la pieza. Me asomé y tiré. Ellos también tiraban”. Dijo que vació el cargador de su arma. Se encerró y recargó el arma después volvió a asomarse y “veo un auto que se iba por el camino de ripio hacia Villa Elisa” acotó. Revisó el campo en eso llegó la policía llamada por su hermano a quién él le había avisado. Al otro día se levantó para las faenas propias y encontró detrás de la casa un par de chinelas y la manguera del bebedero de los animales corrida. Volvió a llamar a su hermano, este vino y le dijo: “¡Mirá lo que hay ahí! ¡Un muerto!”. Agregó que el fallecido tenía un revólver en la mano y una linterna en las piernas.
Dijo que no había visto las caras de las personas, porque estaban en la oscuridad. Se le pidió que ubicara en un gráfico el lugar donde estaba el cadáver y si la noche anterior no lo habían visto los policías y respondió que el auto de la policía tenía las luces altas y que si el cuerpo estaba ahí, debía haberse visto porque se encontró cerca de donde paró el patrullero.
El oficial subinspector Ariel Durruty reconoció los elementos secuestrados: las armas, una picana y una linterna que también sirve como picana, que quedaron en el lugar, además el par de las chinelas que dejara el fugitivo, ya que Gallay estaba calzado. Declararon luego dos policías que fueron llamados por el hermano de Charriere – también testigo- , y el oficial Murador que era subjefe de Criminalística. Hoy continuarán los testimonios. (La calle)
