Fue trasladado desde Mendoza a principios de julio por causas que tiene con la Justicia entrerriana. En un principio había trascendido que se negaba a ingresar a un pabellón de hombres, pero eso fue desmentido por el propio recluso.
Mucho se ha escrito en los últimos días, en distintos medios, sobre la situación de un interno transgénero alojado en la Colonia Penal El Potrero. El preso, que cuenta con identidad masculina, fue apoyado por agrupaciones trans que salieron públicamente a respaldar su -supuesta- decisión de no ingresar a un pabellón de hombres por un posible miedo a ataques sexuales.
Lo cierto es que nada de esto habría sucedido y el interno se negó a un posible traslado a una cárcel de mujeres. Actualmente está alojado en el pabellón 3 de la Unidad Penal N°9 y comparte celda con otros hombres que se encuentran próximos a su libertad.
El recluso mostró su negativa cuando se lo consultó sobre su situación, y solo manifestó su deseo de regresar a la cárcel donde estaba alojado en Mendoza porque estaba cerca de sus seres queridos. Ya ha cumplido más de la mitad de la condena que le fue impuesta y transita la denominada etapa de prueba.
En Entre Ríos no existen cárceles con pabellones especiales para presos trans que se nieguen a compartir celdas con un determinado sexo, como sí los hay en algunas unidades penitenciarias del país.
Los tratados internacionales, atendiendo el trato humano que debe darse a las personas privadas de su libertad, contemplan que se debe contemplar su voluntad y las condiciones en las cuales la persona quiere estar detenida. (El Día)