En medio del fenómeno climático que marcó la Niña , es fundamental para la próxima campaña de fina tomar los recaudos necesarios para aprovechar el agua del suelo, recurso primordial para implantar los cultivos. Una de las estrategias más efectivas radica en configurar y calibrar de manera óptima el equipo de siembra . En estas condiciones, el trabajo ideal cuenta con principios algo distintos a las situaciones normales.
Lo primero a tener en cuenta es el cultivar a sembrar. Consultar al semillero sobre las variedades o híbridos con mayor fuerza de emergencia (diferente a energía germinativa y poder germinativo). Esto es fundamental, ya que permitirá realizar la siembra a mayor profundidad que la normal, en búsqueda de la humedad para la pronta germinación de las simientes, con emergencia asegurada.
Cultivares de alta fuerza de emergencia permiten realizar siembras de trigo, por ejemplo, de hasta 5 cm de profundidad (dependiendo del suelo), con un excelente stand de plantas. Esto debe ir acompañado de una muy buena remoción del suelo, mediante la correcta configuración y regulación del equipo de siembra.
Hay que abocarse especialmente al tren de siembra. La cuchilla rastrojera o de microlabranza es el órgano al que mayor atención hay que ponerle. Tiene que remover el suelo por encima de la línea de siembra y no tocar en lo más mínimo por debajo de ella.
Para esto es clave la regulación: posicionar la cuchilla a la misma profundidad o levemente por encima de la de siembra. Una práctica frecuente es colocarla en profundidad «hasta las mazas» para romper condiciones de compactación en el suelo, pero es contraproducente para la normal germinación de las semillas, más aún para años de clima Niña.
Al roturar el suelo por debajo de la profundidad de siembra se genera un problema extremadamente grave, ya que implica que se corte la capilaridad normal del suelo, mediante la cual el agua del perfil asciende y hace contacto con la semilla. En cambio, si se ubica la cuchilla al mismo nivel que la profundidad de siembra, el agua ascenderá hasta hacer contacto con las semillas, permitirá que se embeban rápidamente y se inicie el proceso de germinación. Otro beneficio de roturar por encima o al mismo nivel de la línea de siembra es que el agua que está ascendiendo chocará contra esta zona roturada por la cuchilla, se cortará la capilaridad y reducirá notablemente el nivel de evaporación del agua, con hasta un 60% más de agua disponible alrededor de las semillas.
En estas condiciones, donde el suelo presenta una capa superficial de mayor dureza, se debe tener en cuenta la elección de la cuchilla: que sea del mayor diámetro posible para que ruede con menos esfuerzos (menor desgaste y consumo de combustible) y con un bajo número de ondulaciones (19 -23) para que realice una muy buena remoción del suelo, sobre la línea de siembra.
Lograr una buena remoción del suelo será muy provechoso para los discos plantadores porque la conformación del surco será de mejor calidad, más estable, con menos esfuerzos y menor desgaste de sus componentes. A las simientes también les brindará grandes beneficios, ya que actuar sobre suelo removido impedirá que los discos se levanten o varíen la profundidad de siembra y el riesgo de dejarlas en lo seco o directamente afuera del surco.
Respecto de los discos abresurcos, es muy importante que se encuentren en perfecto estado de mantenimiento, que ambos se encuentren en íntimo contacto en la zona del ángulo de corte del suelo. Si no, el suelo superficial seco buscará meterse entre los discos y generará, en el fondo del surco, un tapiz de tierra seca y suelta que se antepondrá a la caída de la semilla posicionando a la misma en una condición seca y con la capilaridad del agua cortada.
Por otro lado, discos con luz de encuentro excesiva generan un fondo del surco con forma de W en vez de la V requerida. Una semilla bien contactada en el fondo de un surco con forma de V permite que el 70% de su superficie quede expuesta para ser embebida con el agua del suelo que asciende en el perfil por capilaridad. En cambio, en el surco en forma de W no es posible una buena contactación de la semilla con el suelo y queda solo una disponibilidad del 15% de su superficie para ser embebida con el agua en ascenso. Se desperdicia el recurso y retarda su germinación y emergencia.
Se debe controlar muy bien la carga de los cuerpos de siembra, mediante sus resortes, pulmones o pistones, para que las ruedas limitadoras se afirmen bien al suelo e impidan que la profundidad varíe involuntariamente y deje a las semillas en condiciones inadecuadas. Al presentarse una condición superficial del suelo seco es muy bajo el riesgo de generar su compactación con las ruedas limitadoras.
Para lograr el íntimo contacto de las semillas con el suelo y su exposición al agua del perfil, en estas condiciones meteorológicas, a los equipos de siembra no le deben faltar colitas de castor (lengüetas) o rueditas con la mayor presión posible.
Por último, en el tren de siembra se deben configurar y regular las ruedas tapadoras de surco. A diferencia de años normales, es necesario que aquellas tengan adosados discos dentados o escotados que labren el suelo (para cortar la capilaridad por encima de la línea de siembra) y aporquen tierra al surco para un tapado eficiente que evite que las semillas se deshidraten.
Se debe procurar que los discos estén adosados del lado externo de las ruedas tapadoras para evitar que traccionen y descalcen a las semillas, lo que arruinaría su contacto íntimo con el suelo. El ángulo de las ruedas debe estar prácticamente en paralelo para evitar dejar un lomo o bordo por encima del surco, ya que, en búsqueda de la humedad, es probable que la semilla se encuentre en su límite de profundidad y si se deja un camellón de tierra encima es posible que muchas de ellas no logren emerger.
El autor es técnico del INTA Concepción del Uruguay.