El extraño hecho ocurrió el fin de semana en Concepción del Uruguay. Un joven de 20 años fue hasta la seccional primera en horas de la madrugada y les dijo a los policías que deseaba salir de «ese mundo».
La droga lleva a cometer delitos y muchas veces la persona sale a pedir ayuda. El combate interior por dejar de consumir o vender estupefacientes es permanente y de allí fue más que llamativo lo que sucedió en la madrugada del sábado en la comisaría Primera de Concepción del Uruguay, donde un pibe se presentó y dijo que iba a entregar la marihuana y cocaína que tenía lista para comercializar porque «estaba cansado de todo».
Los policías todavía están sorprendidos con la visita que recibieron y a esa hora de la madrugada. Sobre todo por el proceder del muchacho que admitió ser el responsable de la venta de estupefacientes.
Se informó a UNO que en la madrugada del 17, cerca de las 4.35 se hizo presente un joven de 20 años quien al entregar el documento, pidió ser asesorado o ayudado por los uniformados. Hasta allí iba todo bastante bien, hasta cuándo el pibe comenzó a ponerse nervioso.
Tras titubear un poco, es como que sacó coraje y les anunció al jefe de la guardia que iba a decirle algo importante. En definitiva ocurrió lo menos pensado. «Quiero que me ayuden, que me digan qué hacer, porque estoy en el mundo de la droga. Vendo a todos lados, y quiero salir de esta desgracia», contó de golpe mirando el piso con vergüenza.
Los uniformados pensaron por algunos segundos que podría tratarse de una broma, pero el pibe avanzó con otro pedido: «Tengo más cosas que decirles, quiero dejar acá la droga que tengo para vender».
Ante lo insólito o llamativo de la situación, se formalizó el acto, para lo cual se abrió la notificación judicial: «siendo las 4.35, se constituyó en dependencia policial el ciudadano (se preservan los datos, domiciliado en la zona de calle 12 del norte y 11 del oeste), manifestó ser vendedor de drogas y que deseaba hacer entrega formal de sustancia tipo marihuana y cocaína».
En la continuidad del hecho, se constató que el muchacho en cuestión dejó sobre la mesa ocho envoltorios de nylon con la droga fraccionada.
Dejaron constancia que el afectado por formar parte del mundo narco, insistió en aclarar: «por favor, ya no quiero saber más nada con la droga y con la venta».
Con posterioridad, las autoridades de la comisaría Primera, se comunicaron telefónicamente con el secretario del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, José María Barraza, quien al conocer lo sucedido dispuso el secuestro de toda la droga que no superaba los 10 gramos y avanzar con la correcta identificación del ciudadano.
Además, ordenó ser visto por el médico policial y con posterioridad se lo dejara en libertad de modo inmediato.
Una pequeña contención
Los uniformados mientras realizaron el acta policial, hablaron con el muchacho que les admitió que salió desde su casa, sin saber qué hacer. Les confesó que había discutido con sus familiares directos que le recriminaron por su adicción y por formar parte de una organización dedicada a la venta de estupefacientes en Concepción del Uruguay.
Era evidente que esa persona desesperada, decidió acudir al primer lugar que se le pasó por la cabeza. Dejar la droga en la propia policía, para de esa manera intentar dejar el peligroso mundo de los estupefacientes.
Se entiende que desde la Justicia se podría haber tomado otra medida. Frente al pedido de auxilio efectuado por una persona desesperada a la madrugada. Solo se lo identificó y se lo dejó ir a la casa.
Al menos los policías, según se advirtió a UNO, se le dio una serie de recomendaciones, tal como asistir al hospital de Concepción a iniciar algún tratamiento contra las adicciones, o bien efectuar un amparo para que desde Salud Pública o a quien compete le den la tan ansiada contención.
«Una barrabasada»
Conocida esta noticia, UNO decidió consultar al secretario de Lucha contra las Adicciones (Selca), Mario Elizalde a fin de conocer con más precisión qué es lo que se debe hacer desde el Estado, cuando se presenta un pedido de auxilio de estas características.
«Por lo que se me informó, creo que acá falló y es para hacer un severo llamado de atención a las autoridades de la Justicia Federal que no hicieron nada para ayudar a esa persona desesperada», explicó el especialista.
«Cómo lo van a dejar ir como si nada. Se sabe que la actual legislación pena la comercialización de estupefacientes, y este pibe desesperado fue a pedir auxilio a una comisaría. Entiendo que el personal actuó bien, pero los funcionarios judiciales muchas veces no entienden el grave problema, por el contrario lo minimizan», resaltó el titular de la Selca.
«Se está frente a un delito, y ante una persona que confiesa una situación que lo desbordó y por ello es que se merece que se los ayude, se lo contenga, se lo asista», reflexionó Elizalde para calificar el poco interés de la Justicia Federal de Concepción del Uruguay como una verdadera «barrabasada».
Un tanto molesto por esto, el funcionario provincial comentó: «Ese muchacho al dejar la droga en la Policía y salir a la calle, potencialmente es carne de cañón del jefe narco que lo puede ir a buscar a su casa o a dónde sea, porque está intentando salir del mundo de las drogas y de la venta de estupefacientes. Está en peligro que lo maten».
«Sé que con la ley de narcomenudeo, este tipo de hechos van a comenzar a aparecer, y lo mejor es estar preparados. En el Gobierno, la Policía y la Justicia provincial se están ajustando detalles para que se ataquen a los quioscos, y que también se puedan ayudar con tratamientos adecuados a las personas que son adictas», destacó Elizalde para recordar que en Paraná avanza la construcción de un centro para la atención de este tipo de problemáticas.
Finalmente Elizalde, sugirió: «Nadie del Estado puede abandonar a una persona que está pidiendo auxilio, que pide protección y que incluso admitió cometer delitos de la órbita federal. Hay que ser más humano y tender la mano y llevarlo al hospital o al centro de salud para que sea asistido por los profesionales». (UNO)