El médico psiquiatra Simón Gighlione finalizó las entrevistas. Realizó tres encuentros con la imputada del crimen de Fernando Pastorizzo y ahora se espera por el informe final. La defensa de Nahir Galarza no ha solicitado ninguna medida por el momento y la investigación está próxima a cerrar.
Mientras Nahir Galarza continúa alojada en la Comisaría del Menor y la Mujer, su familia movió las fichas en su defensa. José Ostolaza fue quien asumió la responsabilidad de enfrentar el juicio oral y si bien en un principio sobrevoló la idea de pelear nuevamente por la excarcelación de la imputada, el defensor y su socio Pablo Sotelo desistieron sobre la posibilidad de presentar un recurso en Casación por la poca probabilidad de revertir los fallos que han sostenido la prisión preventiva.
El juez de Garantías subrogante, Guillermo Biré, dictó la prisión preventiva por 60 días el 2 de enero. Hasta la fecha, tres magistrados decidieron mantener la medida y rechazar el arresto domiciliario solicitado por la defensa. El 4 de marzo finaliza la restricción impuesta por Biré y se deberá analizar si se prorroga la prisión preventiva hasta el inicio del juicio o si se adopta otro tipo de medida.
Mientras tanto, el fiscal Sergio Rondoni Caffa continúa con su investigación. Es posible que esta semana reciba de manos del médico psiquiatra Simón Gighlione las pericias que le practicó a la joven en tres encuentros. Este examen se practica a todas aquellas personas acusadas de hechos de gravedad y tiene como finalidad conocer la condición psicológica para determinar si entiende la gravedad de los hechos.
Una vez que se obtenga este informe, lo que restará en la investigación es el resultado de la pericia balística. Este análisis lo realiza la División Criminalística de la Policía de Entre Ríos en Paraná, y será clave para determinar la distancia que separaba el cañón de la pistola 9 milímetros de la espalda de Fernando Pastorizzo.
La hipótesis que maneja el Ministerio Público Fiscal, y que sostendrá en el juicio oral que se realizará en Gualeguaychú posiblemente antes de mitad de año, es que Fernando Pastorizzo murió a causa de las graves lesiones que sufrió por el disparo que recibió a muy corta distancia en la espalda. En la autopsia se determinó que la víctima presentaba dos heridas de bala, con orificios de entrada y salida ambos, y que el cañón de la pistola 9mm no apoyó la piel en la espalda, pero se ejecutó a escasos centímetros.
Juan Carlos Alegretti, licenciado en Criminalística y experto en Criminología, explicó a ElDía sobre este punto. “Cuando el disparo es a quemarropa el arma está pegada al cuerpo de la persona, es decir de 0 a 1 centímetro. En el Orificio de Entrada habrá quemaduras y en el Halo de Fisch (que es la zona que rodea al O.E) quedarán los restos de pólvora, porque el proyectil entra ajustadamente en la piel y es como que se va limpiando y deja todo el residuo alrededor de la piel. Pero también está el aro de contusión, que es el hematoma que produce el golpe del proyectil. Todo esto permite determinar que el disparo se produjo a menos de un centímetro”.
Una vez que arribe a manos del Fiscal el informe balístico no habrá prácticamente impedimentos para solicitarle al Juez de Garantías Mario Figueroa la audiencia para elevar el Legajo al tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú. (El Día)