Concluyó la primera semana de rastrillaje en la Estancia La Candelaria, en Crucesitas Séptima -a 80 kilómetros de Paraná, en el departamento Nogoyá- en busca de los restos de la familia Gill, desaparecida en 2002, sin ningún resultado positivo.
La serie de huesos que fueron sacando los operarios de la empresa Natalio Giménez, contratada por el Poder Judicial para efectuar el “peinado” de los dos sitios marcados por el testigo Armando Nanni, no se corresponden con restos humanos sino que pertenecen a animales.
Así lo dictaminó el forense Luis Moyano, del Equipo Médico Forense del Poder Judicial, quien este viernes trabajó en Nogoyá junto al gabinete de Criminalística de la Policía de Entre Ríos. El dato lo dio a conocer el juez de Garantías Gustavo Acosta, que participa del operativo búsqueda de los Gill desde que tomó la causa, que acumula 16 cuerpos, en marzo de 2015.
“Moyano llegó hoy, vio los huesos que se habían rescatado del pozo que se estuvo inspeccionando durante toda la semana, y desechó la totalidad: ninguno corresponde a hueso humano. En Criminalística de Nogoyá vio la totalidad del material que se extrajo del pozo, y enseguida desechó de planos. Así que habrá que seguir buscando”, contó el magistrado.
Después de la pausa del fin de semana largo, la búsqueda continuará a partir del miércoles. Y luego de que se concluya la búsqueda en el primer punto, se seguirá con el lecho del arroyo, donde también Nanni marcó como posible lugar donde pudieran estar enterados los Gill.
Rubén “Mencho” Gill, en 20o2 de de 55 años; su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2, fueron vistos por última vez en el velorio de un amigo de la familia, el 13 de enero de 2002, en Viale, a treinta kilómetros de este campo en el que vivían y donde el hombre trabajaba como peón. El lugar era propiedad de Francisco Goette, sobre quien se ciñen las sospechas acerca de la misteriosa desaparición de una familia completa. Pero Goette murió en 2016 a raíz de un accidente de tránsito y estas tierras –dirá en un momento el abogado de la familia- se arriendan. Por eso vino el letrado hasta aquí esta mañana, para evitar daños en la soja y asegurar que el procedimiento se ajuste a derecho.
La búsqueda de los Gill quedó a cargo de María Amelia Gallegos, la mamá de Margarita Norma Gallegos, la esposa de “Mencho” Gill. Junto al juez Acosta recorrió la zona de La Candelaria y habló con testigos y así pudieron llegar, ambos, con Armando Nanni, un contratista que supo trabajar para Goette y que vive en Tabossi. Nanni dijo haber visto a “Mencho” Gill cavar dos pozos días antes de su misteriosa desaparición. El primero de esos pozos es el que está siendo revisado estos días.
En la tarea participan miembros de la Policía, de Bomberos Voluntarios y de la empresa contratada.
La causa judicial, caratulada como averiguación de paradero, sigue abierta desde 2002 en procura de dar con una pista firme que permita develar el misterio del destino que tuvieron los Gill. (Entre Ríos Ahora)