En horas de la mañana del sábado un luctuoso episodio de violencia de género terminó en femicidio, cuando una persona identificada como Jorge “Liborio” Díaz atacó a balazos a su ex pareja Inés Amalia Dri, una mujer de 54 años con quien estaba separado desde hace un año.
Díaz fue denunciado en innumerables oportunidades por su víctima por maltrato y agresiones físicas; las alertas para estos casos nunca funcionaron y concluyeron en tragedia. Después de cometer el hecho, Díaz se hizo llevar hasta la playa Nébel y se piensa que habría ingresado a las aguas con intenciones de poner fin a su vida.
Rastrillajes de la Prefectura Naval no dieron resultado alguno en la tarde de ayer, hoy con la salida del sol, se reiniciarán para tratar de ubicar su cuerpo pero nadie puede asegurar que se tiró al agua en ese lugar de intensa correntada por lo que también es buscado por tierra, entendiendo que puedo hacer una maniobra tendiente a que lo busquen en el agua mientras huía por tierra.
“ERA UNA BUENA MUJER”
Sus vecinos la recuerdan como una señora alegre y siempre dispuesta para atender a los demás, tenía un gran talento para su oficio de modista, no solo hacia arreglos, podía confeccionar todo tipo de prendas y por su carácter afable gozaba de un gran prestigio principalmente entre las vecinas del barrio, ayer lo que fue su tormentosa relación con Jorge Horacio Díaz, alias “Liborio”, (53) un albañil a quien había conocido hace unos años tuvo el peor de los finales.
Eran cerca de las 10.00 de la mañana de una jornada de sol y de buena temperatura, Inés compartía una charla mates de por medio con una amiga cuando llegó Díaz con un revólver y pese a su restricción domiciliaria ingresó intempestivamente y le efectuó dos disparos que impactaron en su cabeza, el rabioso sujeto le apuntó y le gatilló también a la amiga de su víctima y el disparo no salió, después huyó en una camioneta Partner de color gris metalizado que luego se comprobó que es de un remisero de Villa Adela. Los vecinos relataron esta versión a El Sol y que coincide con la información oficial de cómo sucedieron los hechos.
ALERTAS INÚTILES
Contaron sus vecinos que durante muchos meses era común escuchar los gritos de la mujer cuando Díaz la castigaba y en varias oportunidades fueron testigos de las amenazas que terminaban en denuncias por parte de la sufrida mujer.
Jorge “Liborio” Díaz tenía una combinación explosiva de alcoholismo, violencia y celos, así lo describió una vecina: “El era albañil, ellos no tenían hijos, salían y se quedaba a dormir, después le pegaba todo el tiempo, tomaba y era muy celoso al extremo que no le permitía hablar con nadie cuando estaban juntos, después se separaron”. Díaz tenía domicilio en la localidad de Villa Adela, sobre la calle Colombia, donde residía con dos hijos mayores de un matrimonio anterior y según sus vecinos, era “una persona intachable”, de “muy buena conducta” y afable.
PRETENDIÓ ESTRANGULARLA
Anteriormente había intentado estrangular a su ex pareja con un alambre y fue así como después de tanto calvario se fueron agotando todas las instancias del tan publicitado “protocolo” de la justicia para los casos de violencia de género. Las denuncias reiteradas determinaron una restricción domiciliaria de Díaz a la vivienda de Inés, que habitaba en calle Augusto Niez al 885.
BOTÓN DE PÁNICO
En otra oportunidad había solicitado la custodia policial para evitar que volviese a golpearla pero nunca fue detenido , después de tanto esperar por medidas concretas para frenar y castigar al violento , Inés logró que se le otorgara un botón de pánico , ella tenía la aplicación como fondo de pantalla y tenía como contactos del sistema a sus dos hijos y a la seccional tercera, recuerdan que una vez lo accionó cuando Díaz llegó hasta su casa en horas de la madrugada y movió el picaporte de la puerta para entrar, pero tampoco fue detenido.
Al parecer familiares y amigos de Inés Dri se hicieron presentes en la Playa Nébel para ayudar en la búsqueda del asesino.
SIEMPRE CON EL CELULAR CERCA
Inés no se despegaba ni un segundo de su celular, ayer no lo tenía consigo cuando Díaz la atacó en su propia casa, de igual modo mientras una patrulla policial se hubiese dirigido al activar el alerta hasta la vivienda de calle Niez al 800 de Concordia, Díaz hubiese tenido el tiempo suficiente para hacer lo que finalmente hizo , asesinarla. Lo que demuestra que la única forma de contener a un violento es detrás de las rejas y que siempre la justicia llega tarde.
Pasadas las 11.00 horas se conoció la noticia que nadie quería escuchar el fallecimiento de otra víctima más de la violencia de género.
A MATAR EN REMÍS
Reconstruyendo el crimen Jorge Díaz se hizo llevar por un vecino que es remisero, titular de una camioneta Partner, de color gris metalizado, hasta la casa de Inés y después de efectuarle dos balazos, se subió al rodado como si nada y se hizo trasladar hasta la zona del río, más precisamente a Chabrillón y la costa en la playa Nébel.
Para ese entonces Díaz estaba acorralado, armado y como hombre peligroso que es lo están buscando intensamente, tanto la policía como también los familiares de Dri que hicieron guardias en la zona costera. Por otra parte la policía tuvo apoyo de la Prefectura Naval que efectuó rastrillajes en las aguas del río Uruguay, en la zona que indicó el remisero que lo había dejado.
SECUESTRAN LA CAMIONETA
Los operativos “cerrojo” efectuados por la policía llevaron a los investigadores a encontrar la camioneta Peugeot que lo trasladó hacia la zona este de la ciudad, en cercanías del barrio Toronjal para cometer el femicidio
En las primeras horas de la tarde de ayer, sobre la colectora de Villa Adela en el domicilio de Felipe Pasarello (remisero), encontraron el vehículo y fue secuestrado y su conductor trasladado a la jefatura de policía.
ESPIANDO LA CASA DE SU EX EN REMÍS
La esposa del remisero Pasarello habló con los cronistas de El Sol y contó que cerca de las diez de la mañana Díaz apareció en su domicilio pidiéndole que lo lleve a la casa de Inés Dri. “Eran cerca de las diez de la mañana cuando vino a pedir que lo lleve. Nosotros lo conocemos porque es del barrio, mi esposo lo llevó porque él siempre le pedía para pasar por la casa de la mujer, pero nunca se bajaba, siempre hacia lo mismo y mi esposo lo llevaba”, dijo la esposa del remisero.
“PASA DESPACITO”
“Él le decía pasá despacito por esa casa y después lo traía; siempre hacia lo mismo. Felipe me decía éste anda en algo raro, pero lo seguía llevando”, declaró.
“Pasaron las horas y mi esposo no había aparecido. El tomó un viaje por el celular y cuando lo llamé me dijo que estaba en Villa Zorraquín, después vino para casa y lo llevó la policía, hasta ahora no volvió”, indicó.
“Mi esposo le contó a la policía que lo llevó hasta la casa de la mujer, se bajó unos minutos, después subió de nuevo y le pidió que lo deje en el río, es todo lo que hizo mi marido”, relató.
Hasta las últimas horas de la tarde de ayer y tras una intensa búsqueda, Díaz no había sido localizado, está armado, acorralado y es peligroso, según el desenlace de la búsqueda.
Diario El Sol