La causa más probable de la muerte de Santiago Maldonado habría sido el ahogamiento según los estudios y conclusiones preliminares de la mayoría de los peritos que participaron el viernes de la autopsia del cadáver del artesano, muerto en circunstancias confusas seguramente el 1° de agosto en el río Chubut tras el operativo de desalojo de los mapuches del RAM de la ruta nacional 40. Una por una, las conclusiones a las que llegaron los 50 peritos que participaron del procedimiento al cuerpo del joven artesano hallado en el río Chubut.
Sin embargo, la definición final de las causales de muerte quedó ad-referéndum de la realización de los estudios de laboratorio, entre ellos los llamados estudios de “diatomeas en médula ósea” lo que podría confirmar que Maldonado murió ahogado mientras intentaba cruzar el río Chubut, lo que se corresponde con el testimonio del “Testigo E”.
Paralelamente, se le realizará al cuerpo –que permanece en la morgue judicial de esta capital- un examen microscópico de fragmentos de pulmón para demostrar si “los daños en los tejidos están relacionados con la asfixia por sumersión”, revelaron fuentes judiciales a Clarín.
No obstante, para el consenso de la mayoría de los peritos “ese habría sido el resultado fatal”, afirmaron las fuentes judiciales. Incluso, uno había constatado “marcas en el paladar compatibles con un ahogamiento”.
En segundo plano, se estudiará si podría tratarse de una muerte causada por hipotermia ya que el agua del río Chubut tiene una temperatura de entre dos y cinco grados centígrados.
Sobre el tiempo de permanencia del cadáver en el agua, si bien aún no se cuenta con resultados de los estudios complementarios, en opinión de los forenses los signos encontrados “resultarían compatibles con inmersión de entre 60 y 78 días”. La desaparición del joven fue de 78 días.
De confirmarse este punto, se descartaría la teoría de que fue “plantado” y crecería la hipótesis según la cual estuvo hundido y reflotó por acción de los gases que se generan con la descomposición.
Las fuentes judiciales confirmaron que el acta de cierre de autopsia realizada conforme al llamado “Protocolo de Minnesota” se firmó “con plena conformidad de todo lo observado, abarcando con anuencia de todas las partes” que participan de la investigación judicial. Ese protocolo está recomendado internacionalmente para trabajar con casos donde existe presunción de ejecución y en el que pudieran estar involucrados funcionarios del Estado.
Si bien la única copia del acta se la llevó el juez federal Gustavo Lleral, las fuentes contaron que se analizó “la inexistencia de golpes, traumas ni orificios de balas. El cuerpo no presenta lesiones”. Sin embargo, se realizarán estudios complementarios de carácter citopatológicos (estudio de células), toxicológicos, genéticos, entomológicos (estudio de insectos en el cuerpo del muerto) y geológicos, entre otros.
Un punto clave sería el estudio de la escena del hecho pero, hasta el miércoles, los mapuches del RAM impedían el regreso de la Justicia a su «territorio sagrado».
En principio, no se haría otra reunión conjunta de todos los peritos, sino encuentros por separado de especialistas para los análisis que faltan. Estos estudios complementarios estarán dentro de diez días.
Durante el examen de las ropas que vestía Maldonado al momento de su muerte, además de la campera celeste, se halló “una tonfa metálica retráctil”, como la que usan los karatecas, junto a un cuello polar que podría ser usado a manera de pasamontañas y un par de lentes ahumados.
Este fue uno de los puntos objetados por los peritos del CELS que sostienen que la tonfa fue “plantada”, aunque los otros sostuvieron que estaba oxidada por efecto del agua. Las fuentes afirmaron que la tonfa habría estado en una de las manos de Maldonado
El DNI de Maldonado estaba en el bolsillo pero a la morgue judicial habría llegado en una bolsa con otros elementos personales como la tonfa. El joven tenía puesto un pasamontañas con dibujos de calaveritas y una bufanda enrollados en el cuello. Con rayos X se investigó si había sido ahorcado, pero la radiografía lo descartó, indicaron las fuentes consultadas.
El único que manipuló el cuerpo durante la autopsia fue el tanatólogo de la Corte, Roberto Cohen, pero bajo la observación de más de 50 peritos de todas las partes y otros 30 que esperaban afuera. El juez y la fiscal pidieron máximos controles para que no se repitan los escandalosos errores de la autopsia del cuerpo del ex fiscal Alberto Nisman hecha en el 2015.
El estudio estuvo a cargo de los peritos del Cuerpo Médico Forense de la Corte, de dos integrantes del respetado internacionalmente Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF, especializado en reconocer cuerpos de desaparecidos durante la dictadura), el especialista en antropología forense Carlos Somigliana, el médico forense Luis Bosio, y el perito papiloscópico de la Prefectura Naval Argentina Pedro Salas.
La intervención del EAAF fue pedida por la fiscal Silvina Ávila para “resguardar la cadena de custodia y reasegurar las medidas”.
Toda la autopsia fue filmada con audio a través de dos cámaras de video, una fija y otra móvil, como asimismo la extracción de placas fotográficas a través de una sola máquina de fotos del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El juez y los peritos dejaron afuera sus teléfonos celulares para evitar filtraciones. En el caso de Nisman, el video por ejemplo no tenía audio.
El primer indicio del resultado de la autopsia lo dio el viernes a medianoche el juez Lleral quien reveló que el cuerpo «no tenía lesiones», aunque aún resta determinar «cuál ha sido la causa de su muerte», lo cual, señaló, demorará «tal vez más de dos semanas».
Ahora, comentó el magistrado «se sigue por la averiguación de un delito grave» y detalló que «todos los peritos estuvieron de acuerdo» con las conclusiones a las que se arribó tras doce horas de trabajo.
Solo con esos exámenes finales, si confirman la teoría del ahogamiento, se cambiaría la carátula de la causa a muerte dudosa y se podría investigar a varios mapuches, como Matías Santana quien afirmó haber vistos a los gendarmes llevarse a Maldonado, por falso testimonio.
En declaraciones a la prensa, el juez precisó que «lo único que falta determinar es cuál ha sido la causa de su muerte», para lo cual ─afirmó─ se deberán esperar los resultados complementarios de las muestras tomadas en este tipo de casos», que demorarán «más de dos semanas, tal vez», aunque puede ocurrir que «algunos resultados se vayan acercando con anticipación».
De la autopsia realizada el viernes al cuerpo de Santiago Maldonado participaron «más de 55 personas en la sala, entre ellas veedores y peritos de parte, y 30 personas fuera de la sala», según precisó el magistrado al término del procedimiento, que se extendió durante más de doce horas.
«Hay que ser prudentes», sostuvo el juez, quien garantizó que «la investigación continuará como se debe hacer» y llamó a reflexionar «qué nos pasa como sociedad», tras lo cual pidió «respeto a la familia (Maldonado), que hoy está sufriendo» y dijo que se trata de «una responsabilidad ética como personas».
El artesano había sido visto por última vez el 1 de agosto pasado en el marco de un operativo realizado por Gendarmería Nacional dentro de la comunidad mapuche de Cushamen, en el noroeste de Chubut, luego de desalojo de una protesta que había tenido lugar sobre la ruta nacional 40.
A partir del desembarco de Lleral en Esquel, por disposición de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia tras apartar al juez que inicialmente estuvo a cargo del Guido Otranto, la investigación comenzó a exhibir resultados que, finalmente derivaron en el hallazgo del cuerpo en el marco de un nuevo rastrillaje -el cuarto, pero esta vez a cargo del nuevo magistrado- realizado el martes último en el río Chubut.
Allí fue hallado, cerca del lugar en el que había sido visto por última vez, aguas arriba, el cuerpo que finalmente resultó corresponder al de Santiago Maldonado.
A la salida de la Morgue Judicial, Liliana Alaniz, abogada de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), una de las partes querellantes en el caso, aseguró la autopsia se había desarrollado «de manera correcta» y que, hasta el momento, no tienen «nada que objetar». (Daniel Santoro, Clarín)