La Justicia de Paraná trata de aclarar cómo se produjo la privación ilegítima de la libertad de una piba de 18 años en la zona de Bajada Grande, Paraná. Hay pericias en celulares y cámaras de seguridad que serán claves.
La Justicia de Paraná trata de aclarar y confirmar los dichos de una joven de 18 años que vive en la zona de calle Larramendi en Bajada Grande porque fue privada de la libertad por un día.
En las redes sociales se informó el martes por parte de los familiares que se pedían datos para ubicar a la joven paranaense. Tras haberse efectuado la denuncia policial se realizaron varios procedimientos pero sin resultados.
Este miércoles al mediodía, la joven apareció en la zona de Larramendi caminando y un tanto perdida y tras pedir auxilio a dos personas, se dio aviso a la Policía.
Inmediatamente fue trasladada a la Fiscalía de Violencia de Género, donde Valeria Vilchez la entrevistó. Se informó a UNO que la funcionaria judicial la contuvo y tras hablar con ella, la vio angustiada y shockeada.
A la profesional le contó que el martes recibió un llamado telefónico por parte de una persona que le dijo que fuera a un determinado lugar donde le entregaría una carta de su padre (el hombre hace dos años que se quitó la vida).
Ella fue al encuentro y al llegar la obligaron a subirse a un auto. Luego no se acordó más, sólo que le dieron unas pastillas y que la forzaron a tomar una sopa en una taza.
Protocolo de abuso sexual
Ante esto, se dispuso la intervención de los médicos forenses de Tribunales, que a priori no constataron que había indicios de abuso sexual, así y todo se avanzó con el protocolo de abuso sexual con varias medidas profilácticas y de análisis de orina y sangre, para determinar al mismo tiempo si fue drogada.
Al mismo tiempo la División Trata de Personas fue afectada para investigar el suceso y llegar a aclarar el incidente que se inicia por una búsqueda de paradero y tiene por objetivo confirmar los dichos de la adolescente.
El personal de Investigaciones comenzó a recolectar datos y pruebas, entre ellas se incautó el celular de la chica para analizar los llamados como también se están revisando un par de imágenes de cámaras de seguridad de la zona en la cuál se podría llegar a observar algo de interés.
Desconcierto familiar
UNO habló en la tarde de este miércoles con el tío y la madre de la muchacha que ya regresó al seno familiar. «Ella está descansando y tratando de superar lo que le pasó. Yo le creo y estamos viendo por qué le hicieron lo que le hicieron», dijo la mamá quien no ocultó su desconcierto y preocupación por la privación ilegítima de la libertad.
Carina contó: «Ella recibió un llamado telefónico a su celular y le pidieron que vaya a la esquina donde para el colectivo. Allí le iban a dar una carta de mi marido (que se suicidó hace dos años). Según lo que nos dijo hoy mi hija, ella se acercó a un auto color negro, con vidrios negros; allí había dos hombres que no conoció y al agacharse para buscar la nota, la metieron por la fuerza al interior del ese vehículo».
En el relato la madre, añadió: «Ella nos dijo que la golpearon en la cabeza, le ataron las manos y le dieron pastillas y una taza con sopa, luego es como que perdió la noción del tiempo».
«Luego ella se fue del lugar donde estaba, hasta que llegó a una verdulería donde pidió ayuda», resaltó la mujer.
En este marco, añadió: «Le creo a mi hija, porque ella no es de mentir, por más que queden algunas dudas de cómo fueron los hechos ya que ella no sabe bien qué le pasó, porque no se acuerda».
El tío, explicó a UNO: «Por los datos que nos dio mi sobrina, los que le hicieron esto, son dos personas que ella no conoce, pero es evidente que ellos sí. Son un gordo con barba y un flaco; los dos tienen entre 35 a 40 años».
«La verdad es que no sé por qué hicieron lo que hicieron, si bien no hay indicios que fue violada, por qué la secuestraron y jugaron con el tema de la muerte de su padre. Ella ni nosotros tenemos enemigos. Es todo muy raro», remarcó el familiar. (UNO)