Puede aumentar el riesgo de depresión, aislamiento social y demencia senil, si no es tratada a tiempo y de la manera correcta, según lo revelaron estudios recientes realizados en centros especializados.
La pérdida auditiva provocada por el deterioro fisiológico del oído (conocido en el lenguaje médico como presibiacusia), puede aumentar el riesgo de depresión, aislamiento social y demencia senil, si no es tratada a tiempo y de la manera correcta, según lo revelaron estudios recientes realizados en centros especializados.
«A partir de los 60 años es importante hacer una revisión auditiva anual. Si se detecta una audición deficiente, el paciente puede acudir a la ayuda de un audífono que le permitirá seguir procesando los estímulos en lugar de olvidar cómo enfrentarlos», explicó la Fonoaudióloga de INEBA, Susana Domínguez.
La especialista indicó en ese sentido que «está comprobado que los audífonos adaptados a las necesidades individuales de cada persona mejoran su calidad de vida y su integración social, ayudando a que la persona no se aísle y desarrolle cuadros psiquiátricos o neurológicos».
La adaptación con audífonos disminuye la percepción de los acúfenos (oír sonidos inexistentes en el entorno, generalmente conocidos como silbidos) y es uno de los mejores tratamientos para quienes los sufran y cursen, a su vez, una pérdida auditiva.
El contraste con la amplificación de sonidos ambientales reduce la molestia que provocan estos acúfenos, mejora el funcionamiento de las neuronas vinculadas a la audición y ayuda a prevenir el déficit cognitivo en individuos con audición disminuida.
Los problemas auditivos en los adultos mayores se complican más cada año por su declinamiento en las funciones cognitivas como memoria, atención y velocidad de procesamiento mental, afectando todas ellas en el desempeño auditivo y en algunos casos no teniendo sustanciales beneficios con la amplificación por medio de prótesis auditivas.
«No podemos olvidar que cuanto mayor es la edad de los individuos, mayor es la perdida de la sensibilidad auditiva, lo que genera importantes deterioros en la discriminación del lenguaje, sobretodo en presencia de ruido», remarcó Domínguez.
El uso de audífonos suele estar condicionado por causas de tipo social, laboral, estéticas, económicas y psicológicas.
«Es frecuente encontrar individuos con hipoacusias moderadas o severas que rechazan el uso de audífonos para no asimilar o bien para no demostrar su discapacidad, pero es una herramienta muy simple que hoy ha evolucionado mucho y trae grandes beneficios», explicó la fonoaudióloga, especializada en el tratamiento de acúfenos e hiperacusia.