“No estoy obligado a mostrar la carga”, fue lo que les dijo Paulo Rocha a los gendarmes del Escuadrón 56 que en febrero de 2016 lo pararon en el cruce de las rutas 14 y 20. Su negativa obligó a los uniformados a destapar la lona del acoplado y le hallaron 2660 paquetes con la droga. Recibió 6 años.
Rocha nació y vivía hasta el momento de ser detenido en Campo Viera, provincia de Misiones. El 14 de febrero de 2016 conducía el transporte de carga con semirremolque hacia el sur, con destino a Buenos Aires. El auto que iba adelante suyo en el viaje falló en su rol de “hacer punta” para advertir sobre los controles. En el kilómetro 73 de la ruta 14 se encontró con el puesto de la Gendarmería de Gualeguaychú.
Cuando los efectivos le solicitaron al conductor la apertura de la parte trasera del rodado a fin de cotejar la mercadería conforme el Manifiesto Internacional de Carga, Rocha se negó a realizarlo manifestando que no se encontraba obligado a hacerlo. Ante la reticencia y el fuerte olor a marihuana que percibieron, procedieron a su apertura advirtiendo a simple vista que había varios bultos de color negro, razón por la cual se trasladó el vehículo a la Unidad para registrarlo. Hallaron un total de 2.660 paquetes rectangulares con marihuana en su interior, los cuales arrojaron un peso total de 1.948 kilos. Además se encontró en poder del imputado, debajo de su asiento, la suma de pesos 38.932 pesos, dos celulares y un chip.
En la audiencia de juicio abreviado, el vocal del Tribunal Oral Federal de Paraná Roberto López Arango interrogó al hombre de 37 años sobre si reconocía el hecho, si admitía voluntariamente su participación responsable, si era consciente de que ello le implicaba aceptar una sentencia condenatoria y si ratificaba el acuerdo al que había arribado con la fiscal Silvia Sandler de Sarmiento. Rocha dijo que sí a todo.
Entre las valoraciones del caso que realizó el juez en la sentencia, destacó: “Se encuentra acreditada también la ultraintención de introducir aquella mercadería a la cadena de tráfico ya que se encontraba acondicionada en 2.660 paquetes listos para ser entregados a vendedores, proviniendo de una ciudad cercana a países de producción, hacia la capital del país donde se verifica un importante consumo de dicho estupefaciente; todo lo cual resulta indicativo que estaba conectado con alguna organización”.
Además, consideró correcta la pena pactada, debido a “la naturaleza del ilícito, la magnitud del injusto y daño potencial implicado con respecto a la salud pública”. (UNO)