El 11 de este mes será la tercera audiencia de conciliación judicial frente a la jueza laboral María Alejandra Abud. Para entonces se espera que el Gobierno presente una propuesta salarial. “La expectativa que tenemos los docentes es absolutamente cero. Lo decimos no porque seamos escépticos por naturaleza sino porque en lo que va de estos cuatro meses de negociación paritaria no han acercado en ningún momento ninguna de las propuestas que nosotros le hemos requerido para que contengan nuestras necesidades. Para que se entienda: un docente que recién se inicia en junio del 2023 con su salario alcanzaba al 70% de la canasta básica. En junio de este año, alcanza el 42%. La degradación salarial es histórica. No recordamos un tiempo tan duro salvo aquellos años donde producto de la crisis del 2001 no cobramos salario durante tres meses. Sí, claramente la depreciación del salario es gravísima”, aseveró el dirigente durante una entrevista con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.
El humor de los docentes, apunta, va agudizándose. “Hasta junio de este año nosotros íbamos a las asambleas a discutir con los compañeros docentes y en muchas de ellas había un enojo con el gremio por distintos motivos. Un enojo que no es nuevo, que tiene ya un tiempo, que más allá de las razones tenía que ver con que no estábamos a la cabeza de la lucha. Nosotros este año le ofrecimos pelear por el salario y los docentes tenían expectativas en el Gobierno actual. Es verdad, muchos lo votaron al Gobierno provincial y muchos votaron al gobierno nacional. Nosotros lo advertimos cuando veníamos conversando con ellos y tuvimos que esperar a que los docentes definieran cuál iba a ser el horizonte hacia el cual caminar en relación a si iban a pelear o no iban a pelear. Después del receso lo que vino fueron exigencias de lucha”, señaló.
Tactagi sostiene que de no haber oferta salarial aceptable el conflicto se agudizará entre los docentes. “Y ya no es un problema de convicción política de los docentes, es un problema de que no lleguen a un fin. Es bien concreto. No hay miradas políticas sobre el conflicto, tiene que ver con llenar la canasta de alimentos, de lo elemental del docente”, observa.
Y observa un fenómeno nuevo. “Como nunca en la historia, tenemos maestras que titularizaron y están renunciando a sus cargos. Renuncian a sus cargos porque viajan desde el interior y no les sirve la plata. Hoy una maestra que viaja gasta 82 mil pesos por semana. O sea, 320 mil pesos al mes. Eso gasta la maestra por venir a trabajar. Y cobra 450 mil pesos. ¿Qué hace? No le conviene. Vive con 130 mil pesos. No vive. Entonces, renuncia. Se queda a hacer lo que puede en su pueblo”, plantea.
“Nunca lo vimos una cosa semejante. Ni hablar de lo poblado que están las rutas con maestras haciendo dedo –apunta-. Eso también ha crecido de manera significativa, porque al crecer tanto el pasaje y hacer tan insignificante el salario, las maestras salen a las cinco de la mañana, llegan a Paraná a las siete de la mañana, terminan de trabajar a la una de la tarde, a veces tienen dos cargos, vuelven a casa a las siete de la tarde, a las ocho. Para los que lo tienen que hacer, verdaderamente es un sacrificio que es difícil de transmitir”.
Entre Ríos Ahora