Nueva suba en los precios de los combustibles: A qué se debería

Con la llegada de marzo, se aplicaría el impuesto a los combustibles. Si las petroleras lo trasladan, implicará un aumento en torno al 4% en el litro de nafta.

Desde este viernes primero de marzo podrían volver a incrementarse los combustibles, debido a tres factores que presionan en los precios: la aplicación de un impuesto, el camino hacia un precio de export parity y la devaluación del tipo de cambio oficial.

De momento, no hay ninguna información oficial por parte de las petroleras de que vayan a incrementar los precios. Sin embargo, fuentes de las estaciones de servicio nucleadas en CECHA afirmaron que el incremento estará en torno al 4%, principalmente por el traslado a precios que implicará la aplicación del impuesto a los combustibles (ICL) como factor principal.

 

Sube el impuesto a los combustibles

Desde marzo, el impuesto a los combustibles subirá 50%. Si la suba se traslada plenamente al precio de la nafta, podría aumentar 4,4% en la Ciudad de Buenos Aires y un 3,8% en Córdoba, según un informe del IARAF.

Si las petroleras decidieran trasladar la totalidad del impuesto y no absorberlo, el litro de nafta super pasaría en CABA de $750 a $783. En otras provincias, como puede ser Córdoba, de $858 a $891. Si bien las empresas podrían optar por bajar el precio del combustible para compensar la suba del impuesto y que no se traslade al surtidor, esto no es lo que suele ocurrir cuando se aplica el ICL.

En el caso del gasoil, el aumento del impuesto será de $21,29 de aumento en pico de surtidor. Porcentualmente sobre precios vigentes implicará una suba del 2,7%, estimó Cristian Bergmann, especialista en energía y titular de Bergmann y Asociados.
La aplicación de este impuesto se había congelado durante el gobierno anterior de Alberto Fernández. En febrero, el ministro de Economía, Luis Caputo, definió que se vuelva a aplicar, en cuotas. De hecho, se volvió una pieza fundamental en el plan oficial de sostener el superávit fiscal y mantener las cuentas públicas como «ancla» del programa. Según Caputo, este tributo aportará 0,5% del PBI a la recaudación durante el 2024.

Como el impuesto se había congelado durante años, la vuelta de su aplicación se definió en cuatro etapas. La primera ocurrió en febrero, cuando la nafta se incrementó un 6%. La segunda se implementará ahora en marzo, con un incremento del impuesto de monto fijo de $33, que eleva el tributo desde $65 por litro a $98, es decir, un incremento del 50%.

Esta actualización se corresponde con la inflación del primer trimestre del año 2023. Restan dos etapas, en abril y mayo. Luego, a fines de junio, debería actualizarse de acuerdo a la inflación del INDEC del primer trimestre de 2024. Y así sucesivamente, de acuerdo a la legislación del tributo, anticipó el IARAF.

 

Los otros dos factores que presionan en el precio

Además, hay otros factores que pueden impactar en el litro de nafta. Por un lado, los leves movimientos que existen en el tipo de cambio oficial, a un ritmo de crawling peg del 2%, que de momento Economía no prevé modificar. En su paso por Argentina, la número dos del FMI, Gita Gopinath, le pidió al Gobierno que sea claro con la política cambiaria como pieza clave de un plan de estabilización.

El tercero es el precio export parity: la Secretaría de Energía y las petroleras coinciden en que la «señal de precios» es clave para fomentar la inversión. Por eso, sector público y privado consideran que el barril de petróleo debería venderse en el mercado interno al mismo precio de exportación, lo que se conoce como export parity. Sin embargo, según pudo averiguar este diario, esto todavía no ocurre y sigue vigente el llamado «barril criollo».

En el mercado, las refinadoras adquieren el barril a un precio en torno a los u$s 65, lejos de los u$s 80 a nivel internacional. En diciembre, ese barril criollo se vendía a u$s 56. Por lo que se fue cerrando la brecha, pero «todavía falta», señalaban en una petrolera. «En 6 meses creemos que va a cerrarse la brecha», agregaron, por lo que dejará de existir el barril criollo y el precio del mercado interno se equiparará con el de exportación. El proyecto de ley ómnibus preveía eliminar el barril criollo, pero nunca se aprobó.

El gobierno buscará así incrementar las inversiones en el sector energético, al que considera clave para que se de el «despegue» de la economía.

Para Bergmann, experto en energía, a los cálculos sobre paridad de importación, estiman que está en el orden del 15% para encontrar el equilibrio.

 

Un cuarto factor: los biocombustibles

Además, agrega que podría haber novedades en materia de biocombustibles: «Se espera que después de las recomposiciones de precio en diciembre y febrero, continue el sendero de ajustes», anticipó. «La caída de la ley ómnibus torna inexorable una decisión gubernamental sobre esta cuestión», agregó el especialista.

Por todas estas variables, Bergmann consideró que el aumento del combustible podría llegar al 9% en el surtidor desde marzo, pero si bien hay criterios técnicos, también habrá que tener en cuenta la viabilidad política. (El Cronista).

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