Distintos indicadores fundamentan el probable retorno de La Niña, con menores lluvias hacia el final de la primavera. Sin embargo, especialistas señalan que otros factores podrían contrarrestar al menos parcialmente los efectos de La Niña.
Por estos días se va consolidando un pronóstico que anticipa el probable retorno La Niña que favorece condiciones de déficit de precipitaciones durante la campaña gruesa en la región agrícola del país.
Las recientes actualizaciones de las previsiones de los organismos internacionales que monitorean este fenómeno localizado en el Pacifico tropical pero con grandes incidencias alrededor del planeta, indican una probabilidad de aproximadamente el 70% que La Niña se constituya para el final de la primavera y comienzo del verano en el hemisferio sur.
Estas condiciones persistirían hasta comenzar el otoño de 2022, con una intensidad mayormente leve o eventualmente moderada. Posteriormente, y de acuerdo a estos pronósticos oficiales, se retornaría a condiciones neutrales, en tanto que la probabilidad que se presenten condiciones de El Niño en el próximo semestre es prácticamente insignificante, por debajo del 5%.
¿Qué está ocurriendo?
El pronosticador Christian Garavaglia explicó que “el registro de anomalía temperatura superficial del Pacifico tropical sobre la región Niño 3.4 (principal región de monitoreo de este fenómeno) indica un valor de -0,33 °C en el pasado mes de julio, con respecto al promedio 1991-2020. Este valor resulta todavía claramente dentro del rango de la normalidad en esta oscilación pero, sin embargo, hay otros factores que empiezan a denotar probables cambios en el corto plazo”.
Por un lado, “las temperaturas subsuperficiales del océano sufrieron un drástico enfriamiento en julio, luego de estar varios meses consecutivos por encima del promedio”. Y “de persistir estas condiciones, podrán proporcionar un puntapié inicial muy relevante para el inicio de la próxima fase La Niña”.
Por otra parte, “otro indicador muy monitoreado es el comportamiento de la celda de circulación de Walker a través de toda la cuenca del Pacífico tropical, la cual se ha intensificado debido a un fortalecimiento de los vientos alisios superficiales del este. Este tipo de circulación fortalecida incrementa la confianza en que La Niña está pronto a retornar”.
Preocupación argentina
En nuestro país este pronóstico viene siendo seguido de cerca por diversos sectores, como el agropecuario y el energético, muy dependientes del comportamiento de las precipitaciones.
La preocupación aumenta en la medida que este pronóstico de Niña toma mayor confianza, dado el escenario actual de sequía extendida en gran parte del territorio nacional y considerando que las regiones agrícolas suelen recibir un 20% a 30% menos de lluvias que las normales, de acuerdo a lo indicado por un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario.
Con énfasis en el sector agropecuario, el mismo informe detalla que sería la cuarta vez en 35 años que habría dos campañas gruesas consecutivas influenciadas por el fenómeno de La Niña. Los anteriores registros se remiten a 2008/2009, 2011/2012 y 2017/2018.
El Atlántico, ¿el posible salvador?
De todas maneras, desde este organismo aclaran que “es muy pronto para asegurar que el semestre cálido estará afectado por un evento seco, o de lluvias por debajo de la media».
Garavaglia detalla que otros factores podrían, llegado el momento, contrarrestar al menos parcialmente los efectos de La Niña, tal como sucedió con el flujo de humedad proveniente del Océano Atlántico en los últimos eventos.
Refiere al respecto que “el Atlántico presenta una realidad muy diferente (al Pacífico): la temperatura superficial actual es más elevada que la normal; de seguir así durante la primavera podría compensar en parte la eventual posibilidad de un nuevo evento Niña con lluvias por debajo de lo normal”.
Meteored