En Uruguay ya están pensando en la temporada de verano y buscando alternativas para que los argentinos puedan llegar a sus playas el próximo verano. Una de ellas es el llamado «pasaporte sanitario». ¿En qué consiste?
Juan Martínez, presidente de la Cámara de Turismo de Uruguay, informó que se ideó un «pasaporte sanitario» para los extranjeros que vayan al país, junto con un aumento en los hisopados y una reducción del tiempo en cuarentena.
Una de las medidas es crear «un pasaporte sanitario que tenga la certeza y trazabilidad desde el origen», indicó Martínez. «O sea que si está en Argentina empiece en Argentina, en Brasil, en España». La trazabilidad se realizaría de manera digital con el objetivo de que se pueda saber si «esa persona los cinco días antes de viajar se hizo un hisopado negativo y que durante los cinco días previos al viaje no estuvo en contacto con nadie contagiado».
Martínez explicó que este pasaporte posibilitaría a su vez reducir el tiempo en cuarentena del extranjero que llegue al país a 48 horas. «Prácticamente la mayoría de la cuarentena la realizaría en el exterior», indicó a medios uruguayos. «En esa línea venimos avanzando, con un equipo y una empresa que viene trabajando en digitalización y en todo lo que es el control médico, para lograr generar la seguridad de que (el turista) ingresa en estas condiciones y por lo menos no va a emitir contagios», informó Martínez.
Lo cierto es que desde el Ministerio de Turismo uruguayo aseguraron que los argentinos no cumplen con la cuarentena obligatoria que se les impone al llegar al país, por eso buscan cambiar los controles para que sean más fáciles de respetar y se garantice la seguridad.
En ese aspecto habría un incremento en la cantidad de hisopados solicitados. En total, el turista tendría que pagar cuatro test: dos antes de salir al país y dos luego de llegar. «Somos conscientes de que no todos se lo podrían pagar, pero es una manera de ir controlando y de ir abriendo de a poquito las fronteras para reactivar algunos sectores y algunos sentidos, como Montevideo, que es uno de los más paralizados, pero sobre todo saber que el que ingresa, ingresa sano».
No recibir turistas y mantener la frontera cerrada durante la temporada estival, podría traducirse en «u$s1.800 millones, casi 100.000 puestos de trabajo» y la ruptura de «una cadena de valor que reúne más de 3.000 empresas en el país que dependen del turismo», describieron.